Hace días leí la carta abierta de Ira Franco, para los escritores; en ella plantea la posibilidad y la necesidad de asumir la dimensión política (que no partidista) de su chamba, de trascender la ficción y abordar también temas de interés nacional desde el espacio de relativa notoriedad en el que se encuentran. El punto es que el mismo planteamiento aplica para quienes nos congregamos bajo el título (ganado o en proceso… en mi caso, es en proceso) de científicos sociales. Y hoy me encontré con una reflexión de Adolfo Estalella, sobre la relación del científico social ante sus pares y ante la sociedad. Entre ambos, creo que nos vendría bien trascender lo académico, sin abandonarlo, y aportar algo más que unas bonitas conclusiones a la realidad social que estudiamos.