La Sociedad de la Información en España

Hace unos días se difundió el informe La Sociedad de la Información en España 2011 (disponible en: http://e-libros.fundacion.telefonica.com/sie11/). Hoy, gracias a Microsiervos, encontré este vídeo que muestra los principales resultados.

Considero que hemos de tener cuidado con un concepto como «sociedad de la información» (luego discutiré por qué), pero los datos que se presentan no tienen desperdicio, permiten ver una serie de continuidades y transformaciones cada vez más aceleradas, en términos de acceso y uso de las TIC.

El azul cerúleo y las paradojas de la era de internet

De mi columna en Razón y Palabra (publicada el 6 de febrero de 2012).

En Communication power, Manuel Castells (2009) hace notar dos tendencias contrapuestas en la era digital: por un lado, se han configurado redes globales de empresas mediáticas —entre las que se encuentran Google, Microsoft, Yahoo, Apple, Facebook—, caracterizadas por la concentración de la propiedad y por la fragmentación de los públicos; por otro, los movimientos sociales y las movilizaciones espontáneas han recurrido, en los años recientes, a la comunicación móvil para organizar y difundir sus acciones. Dicho de otro modo, la existencia de vías de comunicación relativamente libres no anula la concentración del poder en las altas esferas. Ambos polos permanecen en tensión, como ya lo hemos visto en los casos de la iniciativa de ley SOPA, el cierre de MegaUpload y más.

Este escenario hace especialmente pertinentes las palabras de —pueden reír cuanto quieran— Miranda Priestly (Meryl Streep) a su asistente Andy Sachs (Anne Hathaway) en El diablo viste a la moda (The devil wears Prada):

Tú piensas que esto nada tiene que ver contigo. Tú abres tu closet y eliges… no sé… ese grumoso suéter azul, por ejemplo, porque estás intentando decirle al mundo que te consideras demasiado seria para preocuparte acerca de qué ponerte. Pero lo que no sabes es que ese suéter no es sólo azul, no es turquesa, no es lapislázuli, en realidad es cerúleo. Y también eres alegremente inconsciente del hecho de que en 2002, Oscar de la Renta hizo una colección de vestidos cerúleos. Y luego creo que fue Yves Saint Laurent… ¿no fue él quien mostró chaquetas militares cerúleas? (…). Y el cerúleo apareció rápidamente en las colecciones de ocho diseñadores distintos. Y entonces, uh, se filtró a las tiendas departamentales y luego se filtró a algún trágico Casual Corner donde tú, sin duda, lo sacaste de algún lote de liquidación. Sin embargo, ese azul representa millones de dólares e incontables empleos y es un tanto cómico que tú pienses que tú has hecho una elección que te exime de la industria de la moda cuando, de hecho, estás usando un suéter que fue seleccionado para ti, por la gente en esta sala, entre una pila de cosas (IMDB, 2006).

Tal vez, como Andy, además de elegir un suéter azul cerúleo, protestamos, por ejemplo, contra el capitalismo en los muros de Facebook y Google+, desde nuestros smartphones y laptops, es decir, mediante productos representativos de una sociedad capitalista. Nos guste o no, somos parte de ello. Eso no resta legitimidad a la libre expresión realizada a través de Internet, simplemente evidencia las paradojas de nuestro entorno mediático, donde coexisten los grandes conglomerados y las acciones individuales y colectivas que buscan hacer frente a aquello con lo que no están de acuerdo, donde incluso los polos se unen en contra de iniciativas como la de la ley SOPA, donde hemos naturalizado las paradojas y nos olvidamos de dónde vienen los suéteres azul cerúleo y nuestros espacios de libertad y creatividad.

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Castells, M. (2009). Communication power. New York: Oxford University Press.

IMDB. (2006). Memorable quotes for The devil wears Prada. Recuperado el 30 de enero de 2012, de http://www.imdb.com/title/tt0458352/quotes

Internet, SOPA y la World War Web: Tensiones entre el poder y el contrapoder

De mi columna en Razón y Palabra (publicada el 23 de enero de 2012).

El día que Wikipedia nació no hubo gran conmoción en el mundo, porque pocos sabían de su existencia y tal vez ni esos pocos imaginaban el impacto que tendría en la gestión del conocimiento en los años recientes. El día que Wikipedia se fue a negros en protesta contra la iniciativa de ley SOPA (Stop Online Piracy Act) sí hubo gran conmoción, por varios motivos: porque no fue sólo Wikipedia, sino también diversos sitios los que participaron en el blackout, tales como Wired, o algunos otros que protestaron de diferentes modos, como Google y Firefox; porque se trata de una manifestación sin precedentes contra iniciativas que, enarbolando la bandera de la defensa del derecho de autor, proponen llevar hasta el extremo el control de la red; porque visibilizó la tensión entre el poder y el contrapoder en torno a Internet, en una lucha que va más allá de éste.

Ciertamente, la manifestación contra los abusos del poder no es algo nuevo, aunque sí se ha vuelto algo visible en nuestros tiempos. A finales de 2011, la revista Time nombró persona del año a “the protester”, la figura del manifestante, que fue clave en el año en diferentes movimientos que evidenciaron las profundas injusticias y desigualdades sociales en el mundo (Andersen, 2011). En este tiempo se ha enfatizado —y, en ocasiones, sobreestimado— el papel de los sitios de redes sociales en los movimientos que han caracterizado no sólo al año pasado, sino a varios de los más recientes: desde las elecciones de Irán y el golpe de Estado en Honduras, hasta la Primavera Árabe, los Indignados en España y el Occupy Wall Street. Sin embargo, la red que ha sido una herramienta fundamental en estos movimientos, se ha convertido también en un campo de luchas.

Desde 2010, Julian Assange y sus colaboradores pusieron a temblar al gobierno estadounidense y a algunos otros con las filtraciones de cables diplomáticos, mediante WikiLeaks y antes ya lo habían hecho con la difusión de videos del asesinato de civiles en Irak, a manos de militares estadounidenses (Khatchadourian, 2010). Las acciones en contra de Assange detonaron una serie de protestas. Hace unos días, la protesta frente a la amenaza de SOPA fue contundente, como ya se mencionó líneas arriba. La presión generada logró, al menos, que las iniciativas de SOPA (Stop Online Piracy Act) y PIPA (Protect IP Act) fueran suspendidas indefinidamente (BBC Mundo, 2012a).

Frente a ese escenario, vino el contraataque del gobierno estadounidense, con la detención de cuatro ejecutivos de Megaupload, un sitio web de alojamiento de archivos. Se les acusa de crímenes contra el derecho de autor, conspiración, fraude, lavado de dinero, por haber permitido el almacenamiento, la descarga y la reproducción de material protegido por las leyes de derecho de autor (BBC Mundo, 2012b ,Alandete, 2012). La respuesta de Anonymous llegó pronto, con el ataque de sitios del gobierno de Estados Unidos y de disqueras como Universal (Delclós, 2012). Para algunos, esto es una nueva guerra, la World War Web (Aradas, 2012), cuya efervescencia es tal que resulta complicado hablar de ella. La lucha, según parece, va para largo, Anonymous ha advertido sobre futuras acciones (YouTube, 2012) y los gobiernos de diversos países, sobre todo el de Estados Unidos, no desistirán de la idea del control, al menos no pronto y no tan fácil.

Mientras tanto, hemos de preguntarnos cuál es nuestra postura como usuarios de Internet y, sobre todo, como ciudadanos. Lo que está en juego es el control de Internet y con él, libertades como la de expresión. El asunto no se reduce a lo tecnológico, a pesar de que algunos medios han confinado la información a las secciones de tecnología. Se trata de un asunto complejo, cuyas dimensiones política y económica merecen un análisis más profundo. El día que Wikipedia se fue a negros como parte de una protesta, causó conmoción. El día que el control se imponga —o se termine de imponer— sobre la red, será un día terrible. Ojalá nunca llegue ese día.

Alandete, D. (2012, enero 21). Así acabó el FBI con Megaupload. El País. Recuperado el 21 de enero de 2012, de 
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/01/21/
actualidad/1327174082_740675.html

Andersen, K. (2011, diciembre 14). Person of the year. The protester. Time. Recuperado el 16 de diciembre de 2011, de 
http://www.time.com/time/specials/packages/
article/0,28804,2101745_2102132_2102373,00.html

Aradas, A. (2012, enero 20). ¿Llegó la primera guerra digital? BBC Mundo. Recuperado el 20 de enero de 2012, de 
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/01/
120120_tecnologia_guerra_por_internet_aa.shtml

BBC Mundo (2012a, enero 21). Proyectos de ley antipiratería en internet quedan suspendidos indefinidamente. Recuperado el 21 de enero de 2012, de: 
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2012
/01/120120_ultnot_suspenden_sopa_pipa_internet_indefinidamente_jrg.shtml

BBC Mundo (2012b, enero 20). Cuatro claves del cierre de Megaupload. Recuperado el 20 de enero de 2012, de 
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012
/01/120119_megaupload_clave_tsb.shtml

Delclós, T. (2012, enero 20). Anonymous replica al cierre de Megaupload atacando webs del gobierno. El País. Recuperado el 20 de enero de 2012, de 
http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2012
/01/20/actualidad/1327019245_786013.html

Khatchadourian, R. (2010, junio 7). No secrets. Julian Assange’s mission for total transparency. The New Yorker. Recuperado el 30 de noviembre de 2010, de: 
http://www.newyorker.com/reporting/2010
/06/07/100607fa_fact_khatchadourian?currentPage=all

YouTube (2012, enero 20). Video oficial de Anonymous tras atacar servidores de USA x cierre Megaupload. Recuperado el 21 de enero de 2012, de 
http://www.youtube.com/watch?v=iefwjuyeRYE