«México en movimientos» está en la FIL

El libro «México en movimientos», coordinado por Geoffrey Pleyers y Manuel Garza Zepeda, estará a la venta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en el stand de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (J20).

México en movimientos

Particularmente, yo participé con un capítulo sobre movimientos sociales e internet en México.

He aquí el índice completo:

 

Prefacio. John Holloway.

Presentación. Eduardo Bautista Martínez.

Introducción: Crisis, resistencias, alternativas. Geoffrey Pleyers y Manuel Garza Zepeda.

Primera parte. Resistencias y alternativas a partir de las comunidades

La lucha popular en Oaxaca, diez años después de la APPO. Manuel Garza Zepeda.

Cherán: Cinco años de un gobierno autónomo. Alejandra González Hernández y Víctor Alfonso Zertuche Cobos.

La autodefensa como realización cultural: El caso de Michoacán. Raúl Ornelas.

Segunda parte. Frente a la violencia.

Violencias y acción colectiva: Un recorrido por el paisaje veracruzano. Mario Constantino T.

Movilizaciones por los desaparecidos en México. Luis López Aspeitia.

El freno de la vergüenza. Estigma y participación política entre trabajadoras sexuales callejeras. Marta Lamas.

Tercera parte. Movimientos campesinos y resistencias ecológicas.

Movimientos campesinos. Los nuevos rumbos. Víctor M. Quintana S.

Las luchas territoriales: Proyectos de muerte vs. proyectos de vida. Víctor M. Toledo.

Defendiendo el territorio desde abajo: ¿Qué implica resistir y defender el territorio en un contexto represivo? Alice Poma y Tommaso Gravante.

Cuarta parte. Crisis de la democracia institucional.

Gasolinazo al fuego. Luis Hernández Navarro.

Democracia y movilización social en el México contemporáneo. René Torres-Ruiz.

Quinta parte. ¿Más allá de la política institucional?

Movimientos sociales e internet en México. Dorismilda Flores-Márquez.

Feministas en movimiento: La red #YoVoy8deMarzo. Carmen Díaz Alba.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y Congreso Nacional Indígena (CNI) en los espacios electorales. Fernando Matamoros Ponce.

Alter-activistas: ¿de la antipolítica a «Ocupemos el Congreso»? Geoffrey Pleyers.

Posfacio. México en el espejo global: Crisis múltiples y luchas contemporáneas. Breno Bringel.

Apéndice

openMovements: Para una sociología pública y global de los movimientos sociales. Breno Bringel y Geoffrey Pleyers.

 

 

 

Investigar lo que nos dé esperanza

Escribo esto para que no se me olvide, para encontrar mis propias palabras una y otra vez cuando haga falta. Este semestre estaba empezando a perder el sentido de lo que hago, pero hubo una serie de cosas que me obligaron a mirar atrás.

Cuando estaba a punto de entrar al doctorado, encontré esta entrevista que Núria Reguero le hizo a Jesús Martín-Barbero, donde él dice que «hay que investigar lo que nos dé esperanza, y como dijo Benjamin, la esperanza se nos da a través de los desesperados: hoy hay muchos desesperados en América Latina con gran imaginación y buscando una transformación radical de lo que es hacer política». Eso me impactó tanto que se convirtió en un epígrafe en mi tesis.

Septiembre, octubre y lo que va de noviembre han sido meses de reflexión en medio del caos. Una de las 20 mil cosas que pensé es que definitivamente no soy alguien que va por la vida correteando puntitos por productividad, que trabaja a destajo y que abarca todo lo posible. Entiendo que en la academia terminamos por jugar con las reglas del juego, porque somos parte del sistema, incluso si no estamos de acuerdo con él. Sin embargo, eso no es todo en la vida. No soy ésa. Más bien soy la chica idealista que tomó una frase sobre «investigar lo que nos dé esperanza» no sólo como epígrafe, sino como eje de trabajo. Eso es lo que creo y eso es lo que quiero hacer.

No es un punto final, es un recordatorio

La vida está llena de sorpresas. El viernes 20 de octubre, en Valparaíso, recibí el reconocimiento por el segundo lugar en el Concurso Internacional de Tesis Doctorales en Comunicación, que organiza la FELAFACS (Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social).

Las tesis dan la impresión de que se trata de un trabajo solitario y, aunque en buena parte lo son, también se trata del producto del trabajo y la discusión con otros. He sido muy afortunada de gozar de la confianza tanto de mis sujetos de estudio como de mis profesores. Este post es para agradecer (sí, otra vez) a algunas de las muchas personas que fueron parte de estos años de trabajo y discusión, así como para pensar el premio.

Tengo mucho que agradecer a mis sujetos de estudio, que confiaron en esta desconocida, me abrieron las puertas de sus grupos, me permitieron entender su cotidianidad y su lugar en el mundo. He de agradecer mucho también a mi querido comité tutorial en el ITESO: a María Martha Collignon -quien, además de ser una increíble directora de tesis, fue quien propuso el trabajo para el concurso-, a Geoffrey Pleyers de la UCLouvain -quien fue un co-tutor muy comprometido en mi último año de doctorado y ha sido muy generoso conmigo en los años recientes-, a Rossana Reguillo -quien fue una pieza clave en mi comité tutorial-, así como a Elizabeth Prado -quien siempre estuvo presente, incluso en momentos muy difíciles para ella-. Gracias a todos los que en su momento participaron como lectores de los avances, en el ITESO, en UCLouvain y en diferentes espacios académicos. Gracias, por supuesto, a Raúl Fuentes Navarro, quien apareció mágicamente en la ceremonia de premiación -y eso fue muy simbólico tratándose de alguien que aprecio tanto y que ha tenido tanta influencia en la formación de muchas generaciones de investigadores de la comunicación-, me hizo sentir acompañada y festejó conmigo este reconocimiento.

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He de agradecer también a Patricia Nigro (FELAFACS Cono Sur / Universidad Austral, Argentina), quien estuvo a cargo del Concurso, así como a los evaluadores que revisaron las tesis participantes. Su trabajo suele ser tan pesado como invisible e incomprendido.

Eso me lleva a pensar en el premio. Desde que llegó la noticia de que lo recibiría (sin saber aún cuál lugar había obtenido), me dio la impresión de que la gente alrededor estaba más contenta que yo y no entendía por qué. Quizá no lo entiendo todavía y, por lo mismo, no puedo explicarlo, por más que pasen los días. El punto es que para mí el premio no representa un punto final, un reconocimiento a un trabajo acabado e impecable. Mi tesis es imperfecta, inacabada. Más de una vez he pensado que, de haber tenido más tiempo, habría profundizado más aquí o allá. Al mismo tiempo, me encanta como está, por todo lo que me obligó a explorar y rehacer, a cuestionar mis modos de entender el trabajo de investigación. Por eso creo ahora que el reconocimiento no es un punto final, sino un recordatorio de los puntos suspensivos, de los pendientes que quedaron. Se trata de algo que me obligó a mirar atrás y recordar lo importante, lo que me hizo querer ser investigadora.