¿sentencias previas?

Leo el post de Rossana Reguillo acerca de las zonas de riesgo cero frente a la influenza humana y sus cuestionamientos: «¿Es realmente el dilema hoy aislar a quien se percibe como amenaza para la seguridad, sin considerar los costos para la libertad y los derechos humanos? ¿cuáles serán las nuevas zonas de riesgo cero derivadas de la pandemia?»

Y, en esta inercia que hace parecer inevitable sacrificar la libertad por la seguridad, no puedo evitar pensar en Minority report, la cinta de Steven Spielberg, basada en el relato de Philip K. Dick, donde EU tenía un sistema de prevención del delito, basado en detener y congelar a los sujetos antes de que cometan el delito; aquéllo era una especie de mundo feliz, donde no había asesinatos y donde el común de las personas estaban dispuestas a sacrificar la libertad a cambio de tener la seguridad de los no-asesinatos.

En un día normal (lo que sea que eso signifique), nada suena más alejado de la realidad; pero en situaciones de crisis, más de un Estado cierra fronteras para aislar a los posibles-infectados-engendros-del-mal que se constituyen como amenaza para su seguridad y no son pocos los ciudadanos que se manifiestan de acuerdo. El asunto de fondo es el prejuicio frente a lo que se califica como amenazante, sea o no un peligro real; y el prejuicio tiene un sinfín de implicaciones sociales, pero, de manera concreta, suele chocar con los derechos humanos.

¿Será que aprobaremos sentencias previas? ¿Será que buscaremos otros mundos posibles para hacer frente a las incertidumbres?

todos los días de Internet

Hoy es el día de Internet, oficialmente. Todos los días son de Internet al final de cuentas. Pero Internet y, fundamentalmente, las redes sociales, se han vuelto fundamentales en ciertos momentos/temporadas en los meses más recientes.

Ensayando un recuento, puedo citar fenómenos como el éxito de la campaña de Obama en Facebook en 2008, la documentación en Twitter de sucesos como el avionazo de Mouriño o el accidente en el río Hudson, la creatividad cotidiana frente a la influenza (ver la cumbia de la influenza) o frente a los políticos (ver «Yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi robando»).

Es pertinente no olvidar escándalos como que el IFE pida a YouTube retirar el video de «Yo lo vi robando», parodia de la canción de la cinta Rudo y cursi, por considerar que afecta la imagen de un partido político; al final de cuentas lo que lograron fue que el video se multiplicara en YouTube, Facebook y otras redes y que circulara vía correo electrónico, LimeWire y más. Otro caso que no debe ser olvidado en México es la cruzada contra Facebook, Hi5 y MySpace que emprendió Televisa en agosto de 2008 y que otros medios siguieron, pero que no se analizó lo suficiente, ¿será acaso un intento de venganza por su Giggs? Y fuera de México, no hay que perder de vista otros asuntos preocupantes como la prohibición del acceso a Internet a los cubanos en Cuba.

Todavía hay mucho que hacer, que pensar y que estudiar en torno a Internet.

siguiendo la influenza en blog…

En el post anterior invoqué a Rossana Reguillo y he aquí que ella y otros ya están analizando las implicaciones sociales de la influenza.

Comunicación ante la influenza
Un blog de la Asociación Mexicana del Derecho a la Información

Diario de la epidemia
Crónicas de la investigadora Rossana Reguillo.

Sociedad y poder
Uno de los blogs de Raúl Trejo Delarbre, que, no está dedicado específicamente a la influenza, pero sí le ha dado seguimiento.

De influenza e incertidumbre

El miedo se ha instalado dentro y satura nuestros hábitos diarios.

 

Zygmunt Bauman, Tiempos líquidos

 

 

Estos días la influenza se ha incorporado en las conversaciones de medio mundo, no como un tema entre otros, sino como el tema y, una vez frente a él, es imposible no tomar postura. Entre la gente común alcanzo a identificar varios discursos:

 

·      Los que recurren al copy-paste del discurso oficial: sí es curable, sí hay medicamento suficiente, no hay más muertos que los que ya se informó, toma estas medidas precautorias, todo está bajo control.

 

·      Los que consideran que la influenza existe y se salió de control, que todos estamos en riesgo y que el gobierno y los medios ocultan información respecto a la gravedad del asunto.

 

·      Los que afirman que se trata de una cortina de humo frente a otros problemas, tales como el narcotráfico y la crisis mundial, porque, ah, qué influenza tan oportuna.

 

·      Los que hablan de una conspiración global para:

a) Reactivar la economía.

b) Contrarrestar el exagerado crecimiento poblacional.

c) Dominar al mundo.

 

·      Los que predican el fin del mundo y ya escuchan a los jinetes del apocalipsis.

 

·      Los que hablan de la existencia del virus, de los riesgos y de la necesidad de tomar precauciones, pero se muestran artículos frente a las versiones oficiales de los actores legítimos, tales como los gobiernos, los organismos internacionales y los grandes medios de comunicación.

 

Radicales, críticos o como sean los discursos, el denominador común es el miedo: miedo a infectarse, miedo a morir, miedo a la conspiración, miedo a la incertidumbre. Al final de cuentas estamos frente a un acontecimiento disruptivo[1] que nos lleva a comportarnos bajo el principio de sospecha y, siguiendo los planteamientos de Rossana Reguillo y otros autores, la sospecha se basa no en la diferencia, sino en la igualdad: sospechamos de los que son iguales a nosotros y, si antes ya nos preguntábamos si el vecino recién llegado era narco o si era secuestrador el desconocido que encontramos frecuentemente en la calle, ahora criminalizamos también a quien ose estornudar, ante el miedo a contagiarse de influenza.

 

A la epidemia de la influenza, habrá que sumar la del miedo. Entretanto, preguntas sobran y las respuestas nomás no aparecen. Tal vez lo que nos tiene tan alarmados no es lo poco que sabemos, sino lo que no sabemos.


[1] Reguillo, Rossana (2007). “Exclusiones, miedos y fronteras: los desafíos geopolíticos de la identidad”. En Identidades, globalización e inequidad. Ponencias magistrales de la Cátedra Alain Touraine. México: Universidad Iberoamericana, ITESO.