Gigantes de acero y la relación humano-máquina

Cierto día en una fiesta, Mauricio Benjamín, toda una celebridad de la restauración, me contó de Gigantes de acero (Real steel). Su reseña no iba en torno a los robots y las peleas y no se dignó a mencionar cuan guapo se ve Hugh Jackman, lo que sí me contó es que había una relación muy especial entre los humanos y las máquinas.

En efecto, la película da mucho material para pensar esta relación. De entrada, hay dos posturas claramente identificables de los humanos frente a los robots: Una desde la cual le confieren(conferimos) a la tecnología cierta especie de perfección y la creen(creemos) invencible… claro que esta idea se va por la borda cuando trozos de robots vuelan por doquier. Desde otra postura, se le atribuyen cualidades humanas a la tecnología, como si la capacidad del robot para imitar movimientos lo hiciera un poco humano, como si pudiera pensar y sentir y como si las luces azules de sus ojos pudieran transmitir algún sentimiento.

Además, hay de fondo un discurso frente a la tecnología, en la pelea de Atom contra Zeuz, Atom es el débil, pero lo maneja un ex-boxeador; Zeuz es el fuerte, el gladiador, pero ha sido diseñado por el mejor programador y es manejado por un equipo de programadores. De algún modo, lo humano se impone a lo tecnológico (al más puro estilo de Rocky), a la vez que lo humano está conectado con lo tecnológico (saludos, Bruno Latour).

Al final de cuentas, la reflexión sobre la realidad no tan dual humano-máquina es bastante más densa de lo que esperaría uno en una película hollywoodense. ¿Qué importa que sea otra versión de Rocky?

¿O será que la desviación profesional hace que uno imagine cosas?

Miss Bala y los sentimientos encontrados

Ver Miss Bala me ha provocado sentimientos encontrados. Por un lado, celebro la iniciativa, me agrada que presente esta otra perspectiva de la violencia en México. Creo que su gran acierto es justamente colocar el tema de la naturalización de la violencia y el enorme entramado de vínculos entre áreas que hace años pensábamos ajenas y desconectadas entre sí. Contar la historia a partir de la chica que ni sabe bien a bien qué pasa, me parece que también es un gran acierto y una gran metáfora del estado de confusión de la sociedad frente a las amenazas, que ni sabe claramente de dónde vienen.

Sin embargo, creo que falla en el manejo del tiempo; en el afán por mostrar la fugacidad, pareciera todo ocurrió en tres días y eso le resta profundidad. Creo que también falla en congruencia: hay cosas que no muestra y se entienden perfecto, como la violación de Laura; hay cosas que muestra de más y al final muestra mal, como la escena sexual entre Laura y el narco feíto en la camioneta en una posición anatómicamente imposible o el asesinato del agente de la DEA que termina colgado de un puente.

Por lo demás, para quienes vivimos en Aguascalientes, la sorpresa es considerable al descubrir una Tijuana muy aguascalentense. Gran parte de la película fue rodada en estas tierras, dicen que el gobierno no aportó dinero del erario público a esta película, como sí lo hizo con Abel; pero quién sabe. Como sea, muchos lugares se ven: la calle Madero, Las Antorchas, la Plaza Fundadores, López Mateos con algún paso a desnivel en construcción, el Sindicato Ferrocarrilero, alguna casa perdida en la salida a San Luis… con vista al Cerro del Muerto, la tiendita de cervezas que ocupa el espacio donde alguna vez estuvo Danessa 33, el centro comercial El Dorado, la central camionera, el lugar de las combis. Ahí está todo y, a la vez, podría tratarse de cualquier ciudad.

El hombre de la opción por los pobres

Siempre he pensado que quienes asisten a un funeral dan una idea más o menos clara del muerto. Las imágenes del funeral del obispo Samuel Ruiz dejan ver ríos de lágrimas en las caras de indígenas de ropas coloridas, le lloran como le llorarían a un papá, le cantan para despedirlo, se acercan al féretro con libertad. La opción por los pobres de Samuel Ruiz no se limitó al discurso. Los pobres para los que vivió ahora lloran su muerte. Descanse en paz.

Foto: Víctor Camacho, La Jornada.

Me duele este México rojo

Publicado originalmente en El Cafecito 61 y ahora también en Nuestra aparente rendición.

 

 

When the violence causes silence, we must be mistaken.

The Cranberries, “Zombie”.

 

La primera vez que estuve en Tlatelolco tuve una sensación muy extraña, al estar parada sobre el lugar donde nuestros antepasados indígenas hacían sacrificios humanos y donde ocurrió la masacre de los jóvenes estudiantes en 1968. En muchos momentos de nuestra historia, las manchas de sangre se han acumulado —literal y simbólicamente— en espacios geográficos concretos. Asistimos ahora al enrojecimiento de nuestro mapa, los asesinatos, ya no de individuos sino de grupos de personas, ya no sólo de “delincuentes” sino también de ciudadanos que cometen el grave error de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, con las personas equivocadas y se convierten en “daño colateral”. ¿Hasta qué punto es normal? ¿Dónde comienza a ser demasiado?

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Recuerdo mucho una tira de Mafalda, donde ésta señalaba que tenía un enfermo en casa. Se trataba de un mundo recostado, ya que, en palabras de ella: “Le duele el Asia”. Si retomamos esa metáfora, quizá podamos decir que al mundo le duele todo, le duele China y también Birmania, Inglaterra, Haití, Afganistán y más. También le duele México, con sus graves problemas de feminicidios y el incremento en la comisión de delitos relacionados con el crimen organizado, con el olor a miedo y los ríos de sangre y los gritos de ayuda que no son escuchados.

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“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”[1], con esas palabras Felipe Calderón tomó protesta como presidente hace casi cuatro años. Alguien no está haciendo bien su trabajo si el bien y la prosperidad se traducen en una supuesta guerra contra el narcotráfico, que ha dejado más destrucción y muerte que soluciones, donde la sensible pérdida de miles de vidas es reducida a un daño colateral. Del otro lado, si la inseguridad y la violencia llevan al silencio y la indiferencia, los ciudadanos —en tanto Nación— no estamos asumiendo nuestros derechos y obligaciones de demandar a nuestros representantes que hagan su trabajo.

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Recientemente fue publicado en Nexos, el artículo “Cómo reducir la violencia en México”, de Eduardo Guerrero Gutiérrez. El autor delinea las tendencias en la violencia en nuestro país desde el año 2001, hace una crítica a la actuación del gobierno mexicano y plantea propuestas concretas de acción. La crítica es clara: “El gobierno federal falló en dos temas cruciales: el diagnóstico del mal y el método para combatirlo. El gobierno supuso, equivocadamente, que las organizaciones criminales no tendrían capacidad para reaccionar ante el asedio gubernamental. Peor aún: el gobierno creyó que él mismo estaba en condiciones de iniciar la guerra en enero de 2007. Este error de cálculo ha implicado enormes costos para el país en términos de vidas humanas y bienestar. El incontrolable aumento de la violencia en varios puntos del país ha propiciado que la estrategia oficial se revierta en contra del gobierno mismo. Junto con la violencia crecen el secuestro y la extorsión, el consumo de drogas y la percepción pública de que la guerra se perdió”[2]. Con frecuencia, el discurso oficial habla del narcotráfico y las organizaciones criminales como si se tratara de una realidad aparte a la que se ataca, pero no se ha reconocido lo que Guerrero Gutiérrez y otros analistas han señalado, la relación entre los “golpes” que el gobierno ha dado con la detención o ejecución de grandes capos y el incremento en los niveles de violencia en la reorganización de las geografías del narco y la reapropiación de territorios.

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En El rechazo de las minorías. Ensayo sobre la geografía de la furia, el antropólogo Arjun Appadurai habla de un contraste entre dos lógicas: la del sistema vertebrado de los estados-nación modernos y la del sistema celular del las redes terroristas. Estas últimas están “conectadas, pero no dirigidas verticalmente; coordinadas, pero notablemente independientes; capaces de dar respuestas sin contar con una estructura centralizada de comunicación; borrosas, pero con claridad”[3]. Quizá sea un error comparar las organizaciones terroristas con el crimen organizado, de entrada, porque aunque existan claras similitudes, hay también muchas diferencias. Sin embargo, quizás esto ayude a entender las fallas en la “guerra” o “lucha” contra el narcotráfico que ha emprendido el gobierno mexicano, porque el enfrentamiento entre sistemas distintos no ha conducido a la añorada tranquilidad, sino a la rearticulación y multiplicación de las organizaciones delictivas.



[1] 500 años de México en documentos (2006, diciembre 1). Toma de protesta de Felipe Calderón como Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Disponible en: http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/2006_413/Toma_de_Protesta_de_Felipe_Calder_n_Hinojosa_como_Presidente_constitucional_de_los_Estados_Unidos_Mexicanos.shtml

[2] Guerrero Gutiérrez, E. (2010, noviembre 3). Cómo reducir la violencia en México. Nexos. Recuperado el 5 de noviembre de 2010, de: http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=1197808. Disponible también en Nuestra aparente rendición: http://nuestraaparenterendicion.blogspot.com/2010/11/eduardo-guerrero-nos-autoriza-publicar.html

[3] Appadurai, A. (2007). El rechazo de las minorías. Ensayo sobre la geografía de la furia. Barcelona: Tusquets.

Libertad incompleta: El derecho a la comunicación, las disidencias y las represiones

De mi columna, Coordenadas Móviles, en Razón y Palabra.

 

Pero no abandonemos las armas, ni siquiera en los momentos más difíciles. La injusticia social debe seguir siendo denunciada y combatida. El mundo no mejorará por sí solo.

Eric Hobsbawm. Años interesantes. Una vida en el siglo XXI.

 

 

Una de las bondades que se atribuyen a las TIC es el desplazamiento en el acceso a la expresión pública. La emergencia y la popularización de Internet han significado una ruptura con la lógica masiva y unidireccional de los medios tradicionales de comunicación, asimismo han permitido la incorporación de actores sociales distintos en la esfera pública, sin necesidad de ser legitimados por alguna institución o por los propios medios. En palabras de Manuel Castells:

La información es poder. La comunicación es contrapoder. Y la capacidad de cambiar el flujo de información a partir de la capacidad autónoma de comunicación, reforzada mediante las tecnologías digitales de comunicación, realza sustancialmente la autonomía de la sociedad con respecto a los poderes establecidos. Si esto parece abstracto, pregunten a José María Aznar, quien sabe de qué hablo, acerca de los hechos ocurridos en la reciente historia de España entre los días 13 y 14 de marzo de 2004. Lo cual quiere decir que la reapropiación por parte de la sociedad del fruto de su creatividad cuenta ahora con medios poderosos: Internet, redes globales de comunicación, acceso a información en código abierto, procesos de cooperación múltiple, comunicación móvil, multimodal y ubicua. Y todo ello al servicio de intereses y valores que se debaten, modifican y deciden con autonomía creciente por parte de los actores sociales. Los creadores, los oprimidos, los emprendedores, los que sienten la vida, pueden compartir sus sueños y sus prácticas[1].

Quizás el sueño más grande en torno a la comunicación digital ha sido la contribución al desarrollo de la democracia. Si bien tal relación no se ha producido en automático, se han registrado casos como los de Irán y Honduras, donde las redes han sido fundamentales para la resistencia, para visibilizar a los disidentes que no tendrían oportunidad de manifestarse en los medios tradicionales.

Sin embargo, los ataques a la libertad de expresión, aun en estos tiempos, son muchos y muy graves. El caso de Liu Xiaobo ha colocado en la agenda, la discusión sobre el derecho a la comunicación. Este activista, escritor y ex profesor universitario protestó a favor de la democracia en la plaza de Tiananmen en 1989 y participó en la redacción de la Carta 08, para pedir reformas democráticas, en 2008; además, en distintos momentos ha publicado escritos críticos con el Partido Comunista Chino. En su condición de disidente, ha estado en la cárcel y ha sido vigilado constantemente; en diciembre del año pasado fue condenado a 11 años de cárcel, por “incitar a la subversión del poder del Estado”[2]. Expresar sus ideas le ha llevado a vivir sin libertad en su país —él mismo habla de lo que significa escribir sin libertad[3]— y, a la vez, a ganar el Premio Nobel de la Paz, “por su larga y no violenta lucha por los derechos humanos fundamentales en China”[4].

El gobierno chino consideró la acción como algo obsceno y ha restringido la libertad de la esposa de Liu Xiaobo, a la vez que ha bloqueado las búsquedas en Internet y el envío de mensajes que contengan su nombre[5]. Al respecto, Thorbjørn Jagland, presidente del Comité Noruego del Nobel, señaló:

Si guardamos silencio acerca de China, ¿cuál será el próximo país que reclame su derecho al silencio y a la no interferencia? Este enfoque podría ponernos en camino a quebrantar la Declaración Universal y los principios básicos de los derechos humanos. No debemos y no podemos quedarnos callados. Ningún país tiene derecho a ignorar sus obligaciones internacionales[6].

 

En este sentido, llama la atención que el premio sea entregado 30 años después de la publicación del Informe MacBride, en el cual se planteó que el derecho a comunicar es un prerrequisito para los otros derechos humanos, entendiendo la comunicación en varios niveles: individual, local, nacional e internacional[7]; lo que busca trascender el derecho a la libertad de expresión, como lo consigna la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 19:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión[8].

 

Muchos años han pasado y los atentados contra la libertad no han cesado. Como Liu Xiaobo, otras personas han vivido la represión por haber ejercido su libertad de expresión. Por mencionar algunos, Hossein Derakhshan, un blogger iraní ha sido condenado a 19 años y medio de cárcel. ¿La razón? Ser activista político y periodista[9]. El también iraní Hossein Maleki Ronaghi, fue sentenciado a 15 años, por evitar la censura en línea mediante un software, apoyar blogs en defensa de los derechos humanos e insultar al líder supremo. En total, 27 periodistas y nueve cibernautas iraníes se encuentran en prisión[10]. En Egipto, a Hosni Mubarak se le condenó a cuatro años en prisión por criticar públicamente en su blog, al Islam y al presidente[11]. Mientras tanto, en países como Afganistán[12], China, Cuba y otros, hay restricciones para acceder a Internet[13].

La libertad no estará completa mientras haya Liu Xiaobos encarcelados por manifestar sus opiniones. La libertad de expresión, que en la era de Internet debería darse por hecho, sigue siendo un anhelo.


[1] Castells, M. (2007). “Innovación, libertad y poder en la era de la información”. En De Moraes, D. (coordinador). Sociedad mediatizada. Barcelona: Gedisa Editorial. Pp. 175-182.

[2] Reinoso, J. (2010, octubre 9). Nobel de la Paz a la disidencia china. El País. Recuperado el 10 de octubre de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Nobel/Paz/disidencia/china/elpepiopi/20101009elpepiint_1/Tes

[3] Lobo, R. (2010, octubre 8). Liu Xiaobo, escribir sin libertad. El País. Recuperado el 10 de octubre de 2010, de: http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2010/10/liu-xiaobo-escribir-sin-libertad.html

[4] Nobel Prize (2010). The Nobel Peace Prize 2010. Liu Xiaobo. Disponible en: http://nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/2010/xiaobo.html

[5] Goldshan, S. (2010, octubre 8). China blanks Nobel Peace prize searches. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de: http://citizenlab.org/2010/10/china-blanks-nobel-peace-prize-searches/

[6] Jagland, T. (2010, octubre 22). Why we gave Liu Xiaobo a Nobel? The New York Times. Recuperado el 23 de octubre de 2010, de http://www.nytimes.com/2010/10/23/opinion/23Jagland.html?_r=1

[7] MacBride, S. (1980). Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.

[8] Asamblea General de las Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Disponible en: http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml

[9] Goldshan, S. (2010, septiembre 28). Longest-ever sentence for Iranian blogger – 19 and a half years. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/09/longest-ever-sentence-for-iranian-blogger-%E2%80%93-19-and-a-half-years/

[10] Goldshan, S. (2010, octubre 15). Persecution of bloggers continues, now with harsher sentences. Citizen Lab. Recuperado el 16 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/10/persecution-of-bloggers-continues-now-with-harsher-sentences/

[11] El País (2009, diciembre 22). Egipto ratifica la condena de cuatro años de cárcel para un ‘blogger’. Recuperado el 23 de marzo de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Egipto/ratifica/condena/anos/carcel/blogger/elpeputec/20091222elpeputec_10/Tes

[12] Goldshan, S. (2010, octubre 6). Using new Internet filters, Afghanistan blocks news site. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/10/using-new-internet-filters-afghanistan-blocks-news-site/

[13] Jan, C. (2010, marzo 11). Control 2.0: la guerra por la libertad en Internet. El País. Recuperado el 23 de marzo de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Control/guerra/libertad/Internet/elpepusoc/20100311elpepusoc_13/Tes

 

Blog action day 2010: Water, water, water

Se atrofió la llave del fregadero en la cocina de mi casa, así que lavar los trastos se ha convertido temporalmente en un procedimiento muy retro. Por otro lado, esta mañana se acabó el agua que llevé al trabajo, fui muy mona a llenar la botella nuevamente del garrafón que hay ahí… ¡sorpresa!, el agua sabía terrible, como a óxido. Estos encuentros cotidianos con problemáticas relacionadas con el agua, cobran especial sentido hoy que es el Blog Action Day 2010 y que éste se ha dedicado precisamente al agua. Razones sobran para colocar el agua en la agenda de discusión. Todos sabemos que en estos tiempos experimentamos problemas graves de abasto y calidad del agua, en algunos casos más que en otros, al grado que la ONU declaró que debe ser un derecho humano, frente a una triste realidad: casi 900 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso al agua potable.

Hace un año, en el Blog Action Day, contaba cuánto me sorprendió la concepción que sobre la naturaleza encontré en cierta comunidad, donde asumen que «el mundo no es nuestro», y creo que el agua tampoco. En la medida que la entendamos como un recurso no renovable, que además no nos pertenece y que no tiene precio, la cuidaremos más. Miles de acciones en lo cotidiano pueden contribuir a una historia distinta de nuestra relación con el agua.

Corte informativo de salida. Al menos hay una buena noticia hoy: Recibe científica mexicana Blanca Jiménez el prestigiado Global Water Award 2010.