El retorno de AMIC a los asuntos públicos

Fátima Fernández Christlieb, quien fue la primera presidenta de la AMIC (Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación), señaló en el Encuentro del año pasado, que esta comunidad se había encerrado en la academia y se había olvidado de su responsabilidad social. El Encuentro de 2014 fue un regreso a la discusión sobre los asuntos públicos.

La coyuntura de la legislación sobre telecomunicaciones fue el centro de atención de los investigadores desde semanas antes del encuentro. Las contradicciones entre la reforma constitucional promulgada en 2013 y la iniciativa de ley propuesta en 2014 derivó en el pronunciamiento de ésta y otras comunidades académicas: tanto la AMIC como el CONEICC (Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación en Ciencias de la Comunicación) —este último en conjunto con la AMEDI (Asociación Mexicana del Derecho a la Información)— presentaron sus posicionamientos y establecieron encuentros con legisladores.

El Encuentro AMIC 2014, celebrado en San Luis Potosí, tuvo como constante la discusión sobre estos cambios en la legislación.

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La conferencia inaugural, a cargo de Martín Becerra (profesor-investigador en la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad de Buenos Aires y el CONICET) abordó las nuevas regulaciones en telecomunicaciones, en relación con la concentración de la propiedad mediática. Señaló que América Latina es una de las regiones con mayores niveles de concentración y que, en ella, los medios son poco regulados, pero muy controlados mediante otros mecanismos. La concentración, señaló, es una amenaza indirecta para la libertad de expresión. Con las regulaciones en América del Sur no vemos una desconcentración, sino una rearticulación de fuerzas mercantiles. El cambio regulatorio en México es concesivo con los grupos de medios y duro contra las telecomunicaciones, mientras que en Argentina es al revés; al parecer en ningún país latinoamericano avanzan al parejo. La complejidad radica en que el objeto a regular es un objeto en movimiento, en constante transformación.

El primer panel, “La reforma constitucional y la ley secundaria en materia de telecomunicaciones, radiodifusión y competencia económica”, reunió a Alejandro Navarrete (comisionado del IFETEL), Beatriz Solís Leree (UAM Xochimilco), Aleida Calleja (Observatorio Latinoamericano de Políticas de Comunicación), Agustín Ramírez (AMEDI) y Javier Corral (senador). Beatriz Solís Leree y Aleida Calleja enfatizaron la inconstitucionalidad de la iniciativa de ley, su carácter de contrarreforma al presentar planteamientos que contradicen la reforma aprobada el año pasado, así como la vulneración de la autonomía del IFETEL. Agustín Ramírez se refirió a la ausencia precisamente del IFETEL en la discusión sobre la reforma y recordó el papel de este instituto como órgano regulador, frente a lo que había señalado Alejandro Navarrete sobre el carácter de órgano técnico, sin posibilidades de tomar decisiones. Mientras que Javier Corral expresó su oposición a la iniciativa de ley, coincidió en que contraviene lo aprobado en la reforma constitucional y alertó sobre el peligro del regreso al control gubernamental.

El segundo panel, “La investigación de la comunicación ante la reforma constitucional. Nuevos objetivos y procesos de estudio”, reunió a Alma Rosa Alva de la Selva (UNAM), Javier Esteinou Madrid (UNAM), Aimée Vega Montiel (UNAM) y Enrique Sánchez Ruiz (Universidad de Guadalajara). Alma Rosa Alva de la Selva señaló la importancia de trascender la coyuntura y situó a la economía política de la comunicación como una excelente vía para analizar estos procesos. Javier Esteinou Madrid recuperó la discusión sobre la oposición tan evidente entre la reforma constitucional de 2013 y la iniciativa de leyes secundarias de 2014, en términos de un debilitamiento del Estado mexicano. Aimée Vega Montiel defendió la perspectiva de derechos humanos de las mujeres en relación con los derechos humanos de las audiencias. Señaló que la reforma constitucional en telecomunicaciones de 2013 no asumió la Plataforma de Beijing y, además, que no existe una política formal de género y de comunicación en las regulaciones de medios en América Latina. Por ello, señaló, es tan importante transformar nuestros resultados de investigación en acciones política. En su oportunidad, Enrique Sánchez Ruiz señaló que el análisis de la reforma en telecomunicaciones requiere articular la teoría de comunicación con otras disciplinas sociales. El enfoque de economía política es necesario, dijo. Sobre todo, es importante no perder de vista la dimensión política: que la gente participe o no, es un asunto de cultura política.

El tercer panel fue “Audiencias, consumidores y medios públicos”. En él participaron Guillermo Orozco Gómez (Universidad de Guadalajara), Patricia Ortega (UAM Xochimilco), Gabriel Sosa Plata (UAM Xochimilco / ombudsman en Noticias MVS) y Adriana Labardini (comisionada de IFETEL). Guillermo Orozco señaló que las audiencias han sido soslayadas en la reforma, lo cual habla de u gran desconocimiento. Patricia Ortega señaló que, como audiencias, tenemos derecho a tener medios públicos y recordó que, históricamente, el Estado mexicano ha favorecido los medios comerciales en detrimento de los medios públicos. Gabriel Sosa Plata criticó la contradicción entre la reforma constitucional, que incorpora algunos derechos ciudadanos y derechos de las audiencias, mientras la iniciativa de ley no recupera estos planteamientos. Además, enfatizó que si no hay un modelo democrático de medios de comunicación, debemos trabajar para que así sea. Finalmente, Adriana Labardini dijo que los servidores públicos tienen una gran responsabilidad, pero la posibilidad de cambio está en los ciudadanos.

En suma, la discusión dejó ver acuerdos entre los académicos, activistas y el legislador que participó. Asimismo, los comisionados de IFETEL perdieron la oportunidad de presentar una posición en la discusión, aunque también es claro que se encontraban en una posición complicada. Como señalé en el principio de este post, el Encuentro AMIC de este año recuperó una discusión en curso acerca de la reforma constitucional y las leyes secundarias. Si bien se trata de una discusión que importa —o debería importar a todos los ciudadanos—, la responsabilidad de los especialistas en comunicación es innegable. De ahí que sea tan relevante que la AMIC haya luchado por el diálogo con los legisladores y haya recuperado su carácter como una comunidad académica comprometida con los asuntos públicos. La discusión continuará.

Alain Touraine, los movimientos sociales y los derechos humanos

Hace muchos meses que pretendía escribir este post, pero como ha dicho Italo Calvino en Si una noche de invierno un viajero…, «es inútil que rabie con la manía de hacer girar hacia atrás los relojes y los calendarios esperando retornar al momento precedente a aquel en el cual ha ocurrido algo que no debía ocurrir». El punto es que, aunque me he tardado mucho, decidí retomar algunas notas que he guardado desde octubre pasado (el mes del maratón académico) sobre el Foro El Poder Hoy de la Cátedra Alain Touraine, en la Universidad Iberoamericana Puebla.

No exagero si digo que asistir a ese foro fue una de las experiencias más interesantes de mi vida académica, tanto por los asuntos que ahí se abordaron, como por la experiencia misma.

La dedicatoria prometida

Ya lo había contado en el post anterior, pero uno de los grandes momentos del Foro fue cuando Boaventura de Sousa dedicó su conferencia al pueblo wixárika, un día después de que dialogara con algunos de sus representantes en Guadalajara. Fue el cumplimiento de una promesa y, a la vez, fue colocar en la mesa una preocupación compartida por diversos movimientos sociales. Boaventura resaltó que el punto común entre las movilizaciones es el sentimiento de indignación frente a la destrucción de la democracia, la reconstrucción de ésta implica celebrar la diversidad y crear una conversación global donde el sur pueda aportar.

Las antorchas encendidas

Los movimientos de los jóvenes, la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión fueron asuntos clave para la discusión. En las dos conferencias que dio, Alain Touraine situó los derechos humanos como un elemento central de lo social. Los derechos humanos, dijo, están por encima de todas las autoridades y todas las leyes, implican una construcción ética de lo social. El mundo ha dejado de pensarse en términos sociales y es urgente recordar, con Hannah Arendt, que los seres humanos tienen derecho a tener derechos.

El panel «La emergencia de los jóvenes en la crítica y la construcción del poder» en el que participaron Pablo Reyna (Más de 131), Andrés Fielbaum (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) e Ignacio Sierra (Democracia Real Ya) permitió conocer la experiencia de activistas jóvenes en las movilizaciones en México, Chile y España que, en esencia, han sido experiencias de recuperación del espacio público, de politización de las generaciones más jóvenes, así como de expresión de las demandas de sectores que tradicionalmente habían sido marginados. Si bien en el discurso de estos jóvenes estaban presentes las dificultades, escucharlos fue esperanzador.

El panel sobre Wikileaks —en el que participaron Kristin Hrafnsson (vocero de Wikileaks), Blanche Petrich y Pedro Miguel (ambos, de La Jornada)— sirvió para discutir sobre las implicaciones de Wikileaks en la política, la economía y los medios de comunicación de nuestros tiempos. De acuerdo con Hrafnsson, cuando en 2010 Wikileaks difundió el vídeo sobre los abusos del ejército estadounidense en Irak, se esperaba la cobertura mediática en torno al crimen de guerra; sin embargo, los medios de comunicación se ocuparon más por preguntarse cómo se había filtrado el vídeo, qué era Wikileaks y quién era Julian Assange. Las reacciones más evidentes han sido del gobierno de Estados Unidos, pero también del poder económico. Pese a todo y, con los años, «no han podido silenciarnos», dijo Hrafnsson.

Del dolor a la gran lección de humildad

Un panel que movió fibras muy sensibles fue aquel en el que participaron Javier Sicilia (Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad) y Roberto Garretón (quien estuviera en su momento en la Vicaría de la Solidaridad, que asistió y documentó los casos de las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, en Chile). El relato de Garretón fue tan desgarrador como esperanzador. El relato de Sicilia fue tan doloroso como poético. La gran lección de humildad vino de Alain Touraine, quien permaneció en primera fila casi los tres días que duró el Foro y estuvo siempre atento a los otros, siempre tomando notas. Sobre todo, cuando terminó de hablar Javier Sicilia, Alain Touraine fue el primero en ponerse de pie para darle un aplauso. En nuestro mundito académico desbordante de soberbia, es frecuente ver académicos de cualquier edad (algunos apenas en formación) que piensan que no tienen mucho que aprender de los otros. En octubre, ver a alguien tan grande como Alain Touraine, con 88 años encima y una trayectoria académica increíble, en la búsqueda de aprender de los otros y verlo reconocer con un aplauso de pie a Sicilia fue algo muy emotivo para quienes lo presenciamos. Fue también recordar que en las ciencias sociales nos debemos a los otros.

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¿Quién espía a los espías? Algunas notas sobre el caso de Snowden

De mi columna Coordenadas Móviles en Razón y Palabra.

 

Mirar hacia atrás suele hacer que algunas cosas cobren sentido. Hoy, cuando el caso de Edward Snowden se ha colocado en el centro de una telaraña diplomática entre varios países, no puedo evitar pensar en 2010. En ese año, la revista estadounidense Time nombró “persona del año” a Mark Zuckerberg, el periódico francés Le Monde hizo lo propio con Julian Assange y el periódico británico Financial Times con Steve Jobs. Las diferencias eran notables, tanto entre las tres personalidades como en los argumentos para otorgarles esas distinciones, pero el elemento clave era la evidencia de un desplazamiento de la visibilidad, en tanto figuras de poder, de la política formal hacia las élites tecnológicas. Los años han pasado y ahora el centro de atención política y mediática es la “presencia ausente” de Edward Snowden.

“No quiero vivir en un mundo en el que no hay privacidad y, por lo tanto, no hay espacio para la exploración intelectual y la creatividad”, declaró Snowden desde Hong Kong, en entrevista para The Guardian. En ese diálogo anunció también que no mantendría el anonimato. Días antes, había filtrado información sobre Prism, un programa de espionaje electrónico operado en Estados Unidos. El joven tuvo acceso a esa información como empleado primero de la CIA y después, de manera indirecta, de la NSA. Tales acciones derivaron en una reacción de Estados Unidos: una demanda penal, la revocación del pasaporte de Snowden, así como la presión hacia otros países para que le nieguen el asilo. Para el gobierno de Estados Unidos, se trata de un traidor, aunque otros han cuestionado la idea de traición. ¿Traición a quién? ¿A un régimen que espía? Hay incluso quienes sitúan el caso, como parte de la tradición norteamericana de denuncia cívica.

La incertidumbre se hace mayor al considerar el papel de los otros países en esto. De entrada, está la indignación de los países espiados por Estados Unidos. Cobra relevancia también la red de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con los países por los que ha pasado ya Snowden —China y Rusia— y aquellos a donde podría ir, luego de solicitar asilo. Al cierre de esta columna, el caos había alcanzado al presidente de Bolivia, Evo Morales, cuyo vuelo de Rusia a Ecuador tuvo que ser alterado, luego de que Francia y Portugal le negaran el uso del espacio aéreo por temor a que el avión boliviano llevara escondido a Snowden. Aunque el avión de Morales pudo aterrizar en Austria y, horas después, pudo continuar el viaje a Bolivia, hubo gran indignación entre algunos presidentes sudamericanos. Esto se traduce, para los demás países, en una suerte de obligación de tomar partido: ¿con quiénes está la solidaridad?, ¿a quiénes se les envía una nota diplomática que exprese acuerdos o desacuerdos?

Los analistas de política internacional tendrán mucho que decir al respecto, ya que estos casos de filtración de información —como el que ya habíamos conocido con Julian Assange y WikiLeaks y ahora con el caso de Snowden— derivan en un reacomodo de fuerzas políticas en el mundo. Sin embargo, como he señalado líneas arriba, el hecho de que el tránsito y la solicitud de asilo se hayan convertido en grandes problemas en el terreno diplomático, hace que se pierdan de vista otros asuntos centrales: el espionaje, la libertad de expresión, la libertad en internet y la transparencia. Sospecho que nunca conoceremos los alcances de unos programas de “vigilancia” de tal precisión.

Si el poder está vinculado a la información, ¿quién define la diferencia entre Obama y los otros, como Snowden, Manning y Assange? ¿Quién decide el destino de nuestros datos? Como decía el conocido cómic:“¿quién vigila a los vigilantes?”. O tal vez deberíamos preguntarnos: ¿quién espía a los espías? A propósito, los términos son importantes: mientras algunas notas periodísticas hacen referencia a programas de “vigilancia”, otras emplean el término “espionaje”. No es un dato menor.

La red, la calle y las elecciones en México en 2012

De mi columna Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Los estudiantes protestaron contra el entonces candidato Enrique Peña Nieto, en su visita a esta sede universitaria. La información circuló en tiempo real mediante Twitter, Facebook, YouTube y más. Sin embargo, los grandes medios de comunicación presentaron versiones que contradecían lo que había sucedido, hubo incluso encabezados que decían “Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot”[1], hubo también declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, y de Arturo Escobar, vocero del PVEM, en las que se descalificaba las protestas estudiantiles. Lo anterior derivó en nuevas expresiones de los jóvenes, mediante un video que difundieron en YouTube, donde 131 estudiantes de la Ibero responden a las descalificaciones. Posteriormente, se integraron alumnos de otras universidades, como el ITAM, el Tecnológico de Monterrey, el CIDE, la UNAM, la UAM, entre otras, para dar forma al movimiento YoSoy132.

Este movimiento hizo aportaciones importantes a la discusión pre-electoral en México, al colocar en la agenda el cuestionamiento de un sistema político sucio y perverso, así como de una oferta mediática parcial, caracterizada por un escenario de gran concentración de la propiedad de los medios, que se traduce en una increíble concentración de poder. Asimismo, la organización del #DebateYoSoy132, en el cual participaron tres de los cuatro candidatos a la presidencia de la república, permitió ver un ejercicio alternativo frente a los realizados por el Instituto Federal Electoral.

Un elemento clave fue la combinación de estrategias de organización y comunicación en internet, así como de movilizaciones en las calles. De este modo, se realizaron marchas y acciones de protesta simultáneas en distintas ciudades, tanto del país como del extranjero. En ese sentido, la movilización internacional, tanto de mexicanos que viven en el extranjero, como de extranjeros que se solidarizaron con el movimiento YoSoy132 fue un factor clave, que fue posible y visible, a partir de la comunicación en internet.

Durante la jornada electoral, además de los esfuerzos del movimiento YoSoy132, se observó la participación de los ciudadanos en otras iniciativas, tales como FotoXCasilla, PREP Ciudadano y Observación Electoral 2012 (la cual da continuidad al trabajo realizado en elecciones anteriores, en Cuidemos el voto). La particularidad de estas iniciativas es que permitieron integrar, mediante herramientas tecnológicas, los esfuerzos realizados de manera presencial. También hubo grandes flujos de información en torno a las elecciones, las experiencias de los ciudadanos, el reporte de delitos electorales, las manifestaciones de apoyo o denostación de candidatos, entre otros.

Los resultados de las elecciones son hoy cuestionados por la cantidad impresionante de irregularidades observadas, registradas y difundidas por los ciudadanos, mediante internet. Si bien muchos coinciden/coincidimos en que el ejercicio de los ciudadanos, tanto en las casillas como en los consejos distritales y locales, fue limpio; las condiciones no han sido equitativas.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Nadie esperaba que eso detonara una movilización impresionante a partir de ese punto. Pero, entonces, todo el mundo esperó demasiado, como si mes y medio de movilización tuvieran el superpoder de contrarrestar las inequidades previas. El escenario presente no es el que se auguraba hace meses, pero tampoco el que se pensó que podría ser en las semanas más recientes. Incluso puede observarse por momentos cierta desorientación en los integrantes de las distintas asambleas del movimiento YoSoy132 y entre los ciudadanos. Es complicado levantar la voz en esas condiciones, pero el uso creativo de internet, aunado a las movilizaciones en la calle, alcanzó a abollar la hegemonía de la palabra pública. Así, a la discusión añeja sobre política y medios de comunicación, se suma aquella que confiere a internet—o, mejor dicho, al uso que los ciudadanos hacen de internet— un papel clave en la democracia.


[1] Esto detonó una parodia en Twitter, donde los usuarios emplearon el hashtag #encabezadosOEM.

Libertad vulnerada: Usuarios de redes sociales, gobiernos y crimen organizado en México

De mi columna Coordenadas Móviles en Razón y Palabra.

 

El gran sueño en torno a Internet ha sido, durante muchos años, la contribución al desarrollo de la democracia, principalmente por medio de la posibilidad de comunicarse libremente. Sin embargo, durante años hemos conocido una serie de casos de ataques a la libertad de expresión, en distintos lugares del mundo, donde no conviene a los regímenes totalitarios que los ciudadanos ejerzan su derecho a la comunicación.

En México, el escenario en torno a la libertad de expresión se ha enturbiado considerablemente: a de los cada vez más frecuentes asesinatos de periodistas, se suman los ataques contra civiles, usuarios activos de Internet, de los cuales hemos conocido algunos en el mes más reciente. La particularidad ahora es que tales ataques provienen de dos lados: el crimen organizado y el gobierno.

Una de las noticias del 15 de septiembre fue escalofriante: Se encontraron los cuerpos descuartizados de un hombre y una mujer en Nuevo Laredo, presuntamente victimados por Zetas, en represalia por difundir noticias sobre la situación de violencia del norte del país, mediante Facebook, Twitter y los blogs Al rojo vivo y Blog del narco[1]. Unos días después, en la misma ciudad, se encontró el cuerpo de una mujer, también mutilada y decapitada, por iguales razones[2].

Otra noticia impactante vino de Veracruz, donde dos tuiteros, Gilberto Martínez y María de Jesús Bravo, fueron acusados de terrorismo, el 30 de agosto. La versión oficial señaló que ellos dispersaron el rumor de un ataque en la ciudad, a pesar de que había información que indica que el pánico en las calles empezó antes que los tuits[3]. Aunque estos ciudadanos fueron liberados el 21 de septiembre, se tipificó un nuevo delito: perturbación del orden público, en el Código Penal de Veracruz; la intención es sancionar con cárcel a quienes difundan rumores que, desde la perspectiva del gobierno, alteren el orden público[4].

Éste momento de libertad vulnerada es clave para recordar el Informe MacBride y su planteamiento del derecho a comunicar como prerrequisito para los otros derechos humanos. ¿Qué posibilidades tienen los ciudadanos para hacer frente a las amenazas que, contra la libertad de expresión, se producen desde el crimen organizado y desde el gobierno? ¿Replegarse a lo privado? ¿Arriesgar por seguir construyendo lo público? ¿Pensar en maneras creativas de seguir denunciando lo que todos sabemos que ocurre, aunque para muchos convenga hacer un voto de silencio?

 


[1] Arana, A. “Murders a warning to Mexican social media users”. Uncut. Consultado el 16 de septiembre de 2011 en: http://uncut.indexoncensorship.org/2011/09/murders-a-warning-to-mexican-social-media-users/

[2] Sin Embargo. “Decapitan a bloguera en Nuevo Laredo por informar sobre narco”. Consultado el 28 de septiembre de 2011 en: http://www.sinembargo.mx/24-09-2011/45407

[3] La Plaza. “Veracruz panic started before ‘terrorist’ tweets, reports say”. Consultado el 12 de septiembre de 2011 en: http://latimesblogs.latimes.com/laplaza/2011/09/twitter-mexico-veracruz-details-confusion-rumor-precedents.html?dlvrit=99665

Imagen de Veracruz. “Inocente, tuitero detenido”. Consultado el 12 de septiembre de 2011 en: http://www.imagendeveracruz.com.mx/vernota.php?id=99663

[4] BBC Mundo. “Liberan a tuiteros encarcelados en México”. Consultado el 21 de septiembre de 2011 en: http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2011/09/110921_ultnot_mexico_liberan_tuiteros_veracruz_jrg.shtml

BBC Mundo. “Cruzada oficial contra tuiteros en México”. Consultado el 7 de septiembre de 2011 en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/09/110905_twitter_terrorismo_veracruz_an.shtml

Libertad incompleta: El derecho a la comunicación, las disidencias y las represiones

De mi columna, Coordenadas Móviles, en Razón y Palabra.

 

Pero no abandonemos las armas, ni siquiera en los momentos más difíciles. La injusticia social debe seguir siendo denunciada y combatida. El mundo no mejorará por sí solo.

Eric Hobsbawm. Años interesantes. Una vida en el siglo XXI.

 

 

Una de las bondades que se atribuyen a las TIC es el desplazamiento en el acceso a la expresión pública. La emergencia y la popularización de Internet han significado una ruptura con la lógica masiva y unidireccional de los medios tradicionales de comunicación, asimismo han permitido la incorporación de actores sociales distintos en la esfera pública, sin necesidad de ser legitimados por alguna institución o por los propios medios. En palabras de Manuel Castells:

La información es poder. La comunicación es contrapoder. Y la capacidad de cambiar el flujo de información a partir de la capacidad autónoma de comunicación, reforzada mediante las tecnologías digitales de comunicación, realza sustancialmente la autonomía de la sociedad con respecto a los poderes establecidos. Si esto parece abstracto, pregunten a José María Aznar, quien sabe de qué hablo, acerca de los hechos ocurridos en la reciente historia de España entre los días 13 y 14 de marzo de 2004. Lo cual quiere decir que la reapropiación por parte de la sociedad del fruto de su creatividad cuenta ahora con medios poderosos: Internet, redes globales de comunicación, acceso a información en código abierto, procesos de cooperación múltiple, comunicación móvil, multimodal y ubicua. Y todo ello al servicio de intereses y valores que se debaten, modifican y deciden con autonomía creciente por parte de los actores sociales. Los creadores, los oprimidos, los emprendedores, los que sienten la vida, pueden compartir sus sueños y sus prácticas[1].

Quizás el sueño más grande en torno a la comunicación digital ha sido la contribución al desarrollo de la democracia. Si bien tal relación no se ha producido en automático, se han registrado casos como los de Irán y Honduras, donde las redes han sido fundamentales para la resistencia, para visibilizar a los disidentes que no tendrían oportunidad de manifestarse en los medios tradicionales.

Sin embargo, los ataques a la libertad de expresión, aun en estos tiempos, son muchos y muy graves. El caso de Liu Xiaobo ha colocado en la agenda, la discusión sobre el derecho a la comunicación. Este activista, escritor y ex profesor universitario protestó a favor de la democracia en la plaza de Tiananmen en 1989 y participó en la redacción de la Carta 08, para pedir reformas democráticas, en 2008; además, en distintos momentos ha publicado escritos críticos con el Partido Comunista Chino. En su condición de disidente, ha estado en la cárcel y ha sido vigilado constantemente; en diciembre del año pasado fue condenado a 11 años de cárcel, por “incitar a la subversión del poder del Estado”[2]. Expresar sus ideas le ha llevado a vivir sin libertad en su país —él mismo habla de lo que significa escribir sin libertad[3]— y, a la vez, a ganar el Premio Nobel de la Paz, “por su larga y no violenta lucha por los derechos humanos fundamentales en China”[4].

El gobierno chino consideró la acción como algo obsceno y ha restringido la libertad de la esposa de Liu Xiaobo, a la vez que ha bloqueado las búsquedas en Internet y el envío de mensajes que contengan su nombre[5]. Al respecto, Thorbjørn Jagland, presidente del Comité Noruego del Nobel, señaló:

Si guardamos silencio acerca de China, ¿cuál será el próximo país que reclame su derecho al silencio y a la no interferencia? Este enfoque podría ponernos en camino a quebrantar la Declaración Universal y los principios básicos de los derechos humanos. No debemos y no podemos quedarnos callados. Ningún país tiene derecho a ignorar sus obligaciones internacionales[6].

 

En este sentido, llama la atención que el premio sea entregado 30 años después de la publicación del Informe MacBride, en el cual se planteó que el derecho a comunicar es un prerrequisito para los otros derechos humanos, entendiendo la comunicación en varios niveles: individual, local, nacional e internacional[7]; lo que busca trascender el derecho a la libertad de expresión, como lo consigna la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 19:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión[8].

 

Muchos años han pasado y los atentados contra la libertad no han cesado. Como Liu Xiaobo, otras personas han vivido la represión por haber ejercido su libertad de expresión. Por mencionar algunos, Hossein Derakhshan, un blogger iraní ha sido condenado a 19 años y medio de cárcel. ¿La razón? Ser activista político y periodista[9]. El también iraní Hossein Maleki Ronaghi, fue sentenciado a 15 años, por evitar la censura en línea mediante un software, apoyar blogs en defensa de los derechos humanos e insultar al líder supremo. En total, 27 periodistas y nueve cibernautas iraníes se encuentran en prisión[10]. En Egipto, a Hosni Mubarak se le condenó a cuatro años en prisión por criticar públicamente en su blog, al Islam y al presidente[11]. Mientras tanto, en países como Afganistán[12], China, Cuba y otros, hay restricciones para acceder a Internet[13].

La libertad no estará completa mientras haya Liu Xiaobos encarcelados por manifestar sus opiniones. La libertad de expresión, que en la era de Internet debería darse por hecho, sigue siendo un anhelo.


[1] Castells, M. (2007). “Innovación, libertad y poder en la era de la información”. En De Moraes, D. (coordinador). Sociedad mediatizada. Barcelona: Gedisa Editorial. Pp. 175-182.

[2] Reinoso, J. (2010, octubre 9). Nobel de la Paz a la disidencia china. El País. Recuperado el 10 de octubre de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Nobel/Paz/disidencia/china/elpepiopi/20101009elpepiint_1/Tes

[3] Lobo, R. (2010, octubre 8). Liu Xiaobo, escribir sin libertad. El País. Recuperado el 10 de octubre de 2010, de: http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2010/10/liu-xiaobo-escribir-sin-libertad.html

[4] Nobel Prize (2010). The Nobel Peace Prize 2010. Liu Xiaobo. Disponible en: http://nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/2010/xiaobo.html

[5] Goldshan, S. (2010, octubre 8). China blanks Nobel Peace prize searches. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de: http://citizenlab.org/2010/10/china-blanks-nobel-peace-prize-searches/

[6] Jagland, T. (2010, octubre 22). Why we gave Liu Xiaobo a Nobel? The New York Times. Recuperado el 23 de octubre de 2010, de http://www.nytimes.com/2010/10/23/opinion/23Jagland.html?_r=1

[7] MacBride, S. (1980). Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.

[8] Asamblea General de las Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Disponible en: http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml

[9] Goldshan, S. (2010, septiembre 28). Longest-ever sentence for Iranian blogger – 19 and a half years. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/09/longest-ever-sentence-for-iranian-blogger-%E2%80%93-19-and-a-half-years/

[10] Goldshan, S. (2010, octubre 15). Persecution of bloggers continues, now with harsher sentences. Citizen Lab. Recuperado el 16 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/10/persecution-of-bloggers-continues-now-with-harsher-sentences/

[11] El País (2009, diciembre 22). Egipto ratifica la condena de cuatro años de cárcel para un ‘blogger’. Recuperado el 23 de marzo de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Egipto/ratifica/condena/anos/carcel/blogger/elpeputec/20091222elpeputec_10/Tes

[12] Goldshan, S. (2010, octubre 6). Using new Internet filters, Afghanistan blocks news site. Citizen Lab. Recuperado el 9 de octubre de 2010, de http://citizenlab.org/2010/10/using-new-internet-filters-afghanistan-blocks-news-site/

[13] Jan, C. (2010, marzo 11). Control 2.0: la guerra por la libertad en Internet. El País. Recuperado el 23 de marzo de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Control/guerra/libertad/Internet/elpepusoc/20100311elpepusoc_13/Tes

 

de creatividad cotidiana y desconfianza hacia el Estado

Las ene cadenas de correo electrónico que sostenían la teoría del complot para explicar la influenza, la cadena que circula ahora pidiendo que «no registres tu celular» y muchos de los productos que parodian funcionarios y circulan en YouTube, Facebook, correo electrónico y más, tienen en común un discurso de total desconfianza en la figura del Estado como ente que se rige por el bien común. Se percibe así al Estado y a los gobernantes como perversos, corruptos e ineficientes. Y ya lo dijo Norbert Lechner hace tiempo, “la desafección hacia la democracia tiene que ver con las formas de hacer política”.

A veces perversa, a veces ingenua y a veces crítica, la producción, distribución y consumo de este tipo de mensajes que pululan en Internet, es una forma de hacer frente a un régimen con el que no están de acuerdo. Sobre todo, los casos de las parodias, chistes y cartones, dejan ver un ejercicio de creatividad cotidiana en la otra comunicación pública. Y con demasiada frecuencia, los funcionarios e instituciones implicados, lejos de entender estas prácticas de comunicación, se limitan a hacerse los ofendidos y a reforzar la desconfianza hacia el Estado. En ocasiones incluso contribuyen involuntariamente a difundir estos productos, como ocurrió hace unos días con el video «Rata y cursi» en que se parodia al gobernador veracruzano Fidel Herrera; inicialmente el video fue visitado por relativamente pocos internautas, pero tras el escándalo producido cuando el IFE solicitó a YouTube retirar tal archivo, las visitas se multiplicaron, el video fue colocado en otras ubicaciones y compartido en blogs, Facebook y más, como lo reporta Raúl Trejo Delarbre.

Esta parodia ha sido vista cientos de miles de veces y ha suscitado un debate en torno a la libertad de expresión y a las facultades del IFE para regular este tipo de contenidos. El problema de fondo, sin embargo, sigue ahí; la visibilidad no calma la desconfianza, las respuestas que evaden el problema la multiplican.