Distintas miradas en el estudio de los movimientos sociales: Notas sobre el seminario Movimientos en Red, Identidades Políticas y Poder Ciudadano

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En junio pasado, asistí al Seminario Internacional Movimientos en Red, Identidades Políticas y Poder Ciudadano, en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Lo más interesante fue escuchar una diversidad de perspectivas para el estudio de los movimientos sociales. He aquí unas pocas notas que he rescatado de ese día.

Posturas encontradas

¿Cuál es el criterio para afirmar que un movimiento social ha tenido éxito? Con frecuencia, se les reclama a los movimientos que no han transformado el orden social cuando no han tomado el poder. Ésa fue la postura de Raúl Benítez. La postura contraria fue de Jesús Robles Maloof, quien afirmó que el parámetro no es ganar una guerra, sino colocar temas en la agenda y hacer de la red un espacio de resistencia.

La centralidad de los medios

Raúl Trejo Delarbre colocó el asunto de los medios. Si bien internet es un espacio privilegiado, los movimientos alcanzan mayor visibilidad cuando saltan a los medios. De algún modo, coincidió Leonardo Curzio, quien señaló que la televisión concentra la información y recordó que el ciberactivismo no es lo mismo en regímenes democráticos y en regímenes autoritarios: «de todas las desigualdades que hay en México, el acceso a la información es una de las peores».

Las emociones, el humor y la violencia

Amaranta Cornejo Hernández y Andrés Monroy presentaron otro tipo de acercamientos a los movimientos sociales: ella, mediante el acercamiento cualitativo a las emociones y al género en #YoSoy132; él, mediante la reflexión sobre los memes políticos y el trabajo con big data en los tuits sobre la inseguridad pública en México.

El retorno de AMIC a los asuntos públicos

Fátima Fernández Christlieb, quien fue la primera presidenta de la AMIC (Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación), señaló en el Encuentro del año pasado, que esta comunidad se había encerrado en la academia y se había olvidado de su responsabilidad social. El Encuentro de 2014 fue un regreso a la discusión sobre los asuntos públicos.

La coyuntura de la legislación sobre telecomunicaciones fue el centro de atención de los investigadores desde semanas antes del encuentro. Las contradicciones entre la reforma constitucional promulgada en 2013 y la iniciativa de ley propuesta en 2014 derivó en el pronunciamiento de ésta y otras comunidades académicas: tanto la AMIC como el CONEICC (Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación en Ciencias de la Comunicación) —este último en conjunto con la AMEDI (Asociación Mexicana del Derecho a la Información)— presentaron sus posicionamientos y establecieron encuentros con legisladores.

El Encuentro AMIC 2014, celebrado en San Luis Potosí, tuvo como constante la discusión sobre estos cambios en la legislación.

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La conferencia inaugural, a cargo de Martín Becerra (profesor-investigador en la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad de Buenos Aires y el CONICET) abordó las nuevas regulaciones en telecomunicaciones, en relación con la concentración de la propiedad mediática. Señaló que América Latina es una de las regiones con mayores niveles de concentración y que, en ella, los medios son poco regulados, pero muy controlados mediante otros mecanismos. La concentración, señaló, es una amenaza indirecta para la libertad de expresión. Con las regulaciones en América del Sur no vemos una desconcentración, sino una rearticulación de fuerzas mercantiles. El cambio regulatorio en México es concesivo con los grupos de medios y duro contra las telecomunicaciones, mientras que en Argentina es al revés; al parecer en ningún país latinoamericano avanzan al parejo. La complejidad radica en que el objeto a regular es un objeto en movimiento, en constante transformación.

El primer panel, “La reforma constitucional y la ley secundaria en materia de telecomunicaciones, radiodifusión y competencia económica”, reunió a Alejandro Navarrete (comisionado del IFETEL), Beatriz Solís Leree (UAM Xochimilco), Aleida Calleja (Observatorio Latinoamericano de Políticas de Comunicación), Agustín Ramírez (AMEDI) y Javier Corral (senador). Beatriz Solís Leree y Aleida Calleja enfatizaron la inconstitucionalidad de la iniciativa de ley, su carácter de contrarreforma al presentar planteamientos que contradicen la reforma aprobada el año pasado, así como la vulneración de la autonomía del IFETEL. Agustín Ramírez se refirió a la ausencia precisamente del IFETEL en la discusión sobre la reforma y recordó el papel de este instituto como órgano regulador, frente a lo que había señalado Alejandro Navarrete sobre el carácter de órgano técnico, sin posibilidades de tomar decisiones. Mientras que Javier Corral expresó su oposición a la iniciativa de ley, coincidió en que contraviene lo aprobado en la reforma constitucional y alertó sobre el peligro del regreso al control gubernamental.

El segundo panel, “La investigación de la comunicación ante la reforma constitucional. Nuevos objetivos y procesos de estudio”, reunió a Alma Rosa Alva de la Selva (UNAM), Javier Esteinou Madrid (UNAM), Aimée Vega Montiel (UNAM) y Enrique Sánchez Ruiz (Universidad de Guadalajara). Alma Rosa Alva de la Selva señaló la importancia de trascender la coyuntura y situó a la economía política de la comunicación como una excelente vía para analizar estos procesos. Javier Esteinou Madrid recuperó la discusión sobre la oposición tan evidente entre la reforma constitucional de 2013 y la iniciativa de leyes secundarias de 2014, en términos de un debilitamiento del Estado mexicano. Aimée Vega Montiel defendió la perspectiva de derechos humanos de las mujeres en relación con los derechos humanos de las audiencias. Señaló que la reforma constitucional en telecomunicaciones de 2013 no asumió la Plataforma de Beijing y, además, que no existe una política formal de género y de comunicación en las regulaciones de medios en América Latina. Por ello, señaló, es tan importante transformar nuestros resultados de investigación en acciones política. En su oportunidad, Enrique Sánchez Ruiz señaló que el análisis de la reforma en telecomunicaciones requiere articular la teoría de comunicación con otras disciplinas sociales. El enfoque de economía política es necesario, dijo. Sobre todo, es importante no perder de vista la dimensión política: que la gente participe o no, es un asunto de cultura política.

El tercer panel fue “Audiencias, consumidores y medios públicos”. En él participaron Guillermo Orozco Gómez (Universidad de Guadalajara), Patricia Ortega (UAM Xochimilco), Gabriel Sosa Plata (UAM Xochimilco / ombudsman en Noticias MVS) y Adriana Labardini (comisionada de IFETEL). Guillermo Orozco señaló que las audiencias han sido soslayadas en la reforma, lo cual habla de u gran desconocimiento. Patricia Ortega señaló que, como audiencias, tenemos derecho a tener medios públicos y recordó que, históricamente, el Estado mexicano ha favorecido los medios comerciales en detrimento de los medios públicos. Gabriel Sosa Plata criticó la contradicción entre la reforma constitucional, que incorpora algunos derechos ciudadanos y derechos de las audiencias, mientras la iniciativa de ley no recupera estos planteamientos. Además, enfatizó que si no hay un modelo democrático de medios de comunicación, debemos trabajar para que así sea. Finalmente, Adriana Labardini dijo que los servidores públicos tienen una gran responsabilidad, pero la posibilidad de cambio está en los ciudadanos.

En suma, la discusión dejó ver acuerdos entre los académicos, activistas y el legislador que participó. Asimismo, los comisionados de IFETEL perdieron la oportunidad de presentar una posición en la discusión, aunque también es claro que se encontraban en una posición complicada. Como señalé en el principio de este post, el Encuentro AMIC de este año recuperó una discusión en curso acerca de la reforma constitucional y las leyes secundarias. Si bien se trata de una discusión que importa —o debería importar a todos los ciudadanos—, la responsabilidad de los especialistas en comunicación es innegable. De ahí que sea tan relevante que la AMIC haya luchado por el diálogo con los legisladores y haya recuperado su carácter como una comunidad académica comprometida con los asuntos públicos. La discusión continuará.

Alain Touraine, los movimientos sociales y los derechos humanos

Hace muchos meses que pretendía escribir este post, pero como ha dicho Italo Calvino en Si una noche de invierno un viajero…, «es inútil que rabie con la manía de hacer girar hacia atrás los relojes y los calendarios esperando retornar al momento precedente a aquel en el cual ha ocurrido algo que no debía ocurrir». El punto es que, aunque me he tardado mucho, decidí retomar algunas notas que he guardado desde octubre pasado (el mes del maratón académico) sobre el Foro El Poder Hoy de la Cátedra Alain Touraine, en la Universidad Iberoamericana Puebla.

No exagero si digo que asistir a ese foro fue una de las experiencias más interesantes de mi vida académica, tanto por los asuntos que ahí se abordaron, como por la experiencia misma.

La dedicatoria prometida

Ya lo había contado en el post anterior, pero uno de los grandes momentos del Foro fue cuando Boaventura de Sousa dedicó su conferencia al pueblo wixárika, un día después de que dialogara con algunos de sus representantes en Guadalajara. Fue el cumplimiento de una promesa y, a la vez, fue colocar en la mesa una preocupación compartida por diversos movimientos sociales. Boaventura resaltó que el punto común entre las movilizaciones es el sentimiento de indignación frente a la destrucción de la democracia, la reconstrucción de ésta implica celebrar la diversidad y crear una conversación global donde el sur pueda aportar.

Las antorchas encendidas

Los movimientos de los jóvenes, la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión fueron asuntos clave para la discusión. En las dos conferencias que dio, Alain Touraine situó los derechos humanos como un elemento central de lo social. Los derechos humanos, dijo, están por encima de todas las autoridades y todas las leyes, implican una construcción ética de lo social. El mundo ha dejado de pensarse en términos sociales y es urgente recordar, con Hannah Arendt, que los seres humanos tienen derecho a tener derechos.

El panel «La emergencia de los jóvenes en la crítica y la construcción del poder» en el que participaron Pablo Reyna (Más de 131), Andrés Fielbaum (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) e Ignacio Sierra (Democracia Real Ya) permitió conocer la experiencia de activistas jóvenes en las movilizaciones en México, Chile y España que, en esencia, han sido experiencias de recuperación del espacio público, de politización de las generaciones más jóvenes, así como de expresión de las demandas de sectores que tradicionalmente habían sido marginados. Si bien en el discurso de estos jóvenes estaban presentes las dificultades, escucharlos fue esperanzador.

El panel sobre Wikileaks —en el que participaron Kristin Hrafnsson (vocero de Wikileaks), Blanche Petrich y Pedro Miguel (ambos, de La Jornada)— sirvió para discutir sobre las implicaciones de Wikileaks en la política, la economía y los medios de comunicación de nuestros tiempos. De acuerdo con Hrafnsson, cuando en 2010 Wikileaks difundió el vídeo sobre los abusos del ejército estadounidense en Irak, se esperaba la cobertura mediática en torno al crimen de guerra; sin embargo, los medios de comunicación se ocuparon más por preguntarse cómo se había filtrado el vídeo, qué era Wikileaks y quién era Julian Assange. Las reacciones más evidentes han sido del gobierno de Estados Unidos, pero también del poder económico. Pese a todo y, con los años, «no han podido silenciarnos», dijo Hrafnsson.

Del dolor a la gran lección de humildad

Un panel que movió fibras muy sensibles fue aquel en el que participaron Javier Sicilia (Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad) y Roberto Garretón (quien estuviera en su momento en la Vicaría de la Solidaridad, que asistió y documentó los casos de las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, en Chile). El relato de Garretón fue tan desgarrador como esperanzador. El relato de Sicilia fue tan doloroso como poético. La gran lección de humildad vino de Alain Touraine, quien permaneció en primera fila casi los tres días que duró el Foro y estuvo siempre atento a los otros, siempre tomando notas. Sobre todo, cuando terminó de hablar Javier Sicilia, Alain Touraine fue el primero en ponerse de pie para darle un aplauso. En nuestro mundito académico desbordante de soberbia, es frecuente ver académicos de cualquier edad (algunos apenas en formación) que piensan que no tienen mucho que aprender de los otros. En octubre, ver a alguien tan grande como Alain Touraine, con 88 años encima y una trayectoria académica increíble, en la búsqueda de aprender de los otros y verlo reconocer con un aplauso de pie a Sicilia fue algo muy emotivo para quienes lo presenciamos. Fue también recordar que en las ciencias sociales nos debemos a los otros.

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Las dos Nedas y los desafíos de la información

Un instante puede cambiarlo todo. En 2009, alguien grabó la muerte de una joven en alguna calle de Irán, durante las protestas contra las irregularidades en las elecciones presidenciales de aquel país. El nombre de la víctima, se dijo entonces, era Neda Soltani. Su rostro fue difundido en espacios noticiosos, pero también se multiplicó en las pancartas de las manifestaciones e, incluso, en espacios virtuales como Tribute to Neda Soltani and others. Neda se convirtió en un símbolo de la lucha en Irán. Lo que entonces no sabíamos era que la Neda cuya fotografía había sido obtenida de su perfil en Facebook era una diferente de la que había muerto. Desde entonces, el rostro presentado por la familia de Neda, era diferente del que se volvió un símbolo, como puede observarse en esta nota en BBC Mundo.

En 2010, el New York Times presentó una nota con la historia de Neda. Quien murió fue Neda Agha-Soltan, pero el rostro que habíamos conocido fue el de Neda Soltani, una profesora universitaria, que fue identificada erróneamente a partir de una foto de Facebook. Por eso los dos rostros no coincidían del todo. Las presiones del gobierno iraní para descalificar la noticia de la muerte de una Neda, mediante la presentación de la otra Neda, fueron tan fuertes, que esta segunda Neda, la viva, terminó por escapar de Irán y pedir asilo en Alemania. Esta información, sin embargo, no se expandió con la misma velocidad y el mismo alcance de las noticias que, un año antes, explotaban la imagen de una mujer muriendo en la calle, a la que más tarde llamaron Neda Soltani.

The Guardian corrigió sus notas hasta 2011: “This article was amended on 2 Jun 2011. The original referred to the death of Neda Soltani during a demonstration in Iran. That is the name of a different individual. This has been corrected” (“Este artículo fue corregido el 2 de junio de 2011. El original se refería a la muerte de Neda Soltani durante una manifestación en Irán. Ése es el nombre de otra persona. Éste ha sido corregido”), puede leerse en la nota “How Neda Agha-Soltan became the face of Iran’s struggle”, así como en otros materiales noticiosos del medio.

Finalmente, en 2012, algunos medios publicaron entrevistas con Neda Soltani, a propósito de la publicación de su libro My stolen face: The story of a dramatic mistake (Mi rostro robado: La historia de un error dramático), en las cuales declaró que el error de los medios le arruinó la vida. Neda Soltani ha declarado que intentó contactarse con diversos medios para señalarles la equivocación, pero que no obtuvo respuesta.

La historia de las dos Nedas nos permite reflexionar sobre las implicaciones del uso de las imágenes obtenidas de internet —y no de manera directa de su fuente— y de los controles de calidad en la información periodística, en un tiempo en que la velocidad en la información se asume como un valor y, tal vez, como una exigencia. ¿La necesidad de informar prácticamente en tiempo real justifica el uso de imágenes que las personas comparten con sus contactos en Facebook? ¿Cómo podemos entender, en casos así, la tensión entre el interés público y la privacidad? Sobre todo, resulta importante discutir sobre la capacidad de los medios para aceptar los errores cometidos en el trabajo cotidiano. Quizás haya errores simples que no pongan en juego la vida de una persona, otros sí, muchos ponen en riesgo la reputación de los implicados.

Publicado originalmente en Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

¿Quién espía a los espías? Algunas notas sobre el caso de Snowden

De mi columna Coordenadas Móviles en Razón y Palabra.

 

Mirar hacia atrás suele hacer que algunas cosas cobren sentido. Hoy, cuando el caso de Edward Snowden se ha colocado en el centro de una telaraña diplomática entre varios países, no puedo evitar pensar en 2010. En ese año, la revista estadounidense Time nombró “persona del año” a Mark Zuckerberg, el periódico francés Le Monde hizo lo propio con Julian Assange y el periódico británico Financial Times con Steve Jobs. Las diferencias eran notables, tanto entre las tres personalidades como en los argumentos para otorgarles esas distinciones, pero el elemento clave era la evidencia de un desplazamiento de la visibilidad, en tanto figuras de poder, de la política formal hacia las élites tecnológicas. Los años han pasado y ahora el centro de atención política y mediática es la “presencia ausente” de Edward Snowden.

“No quiero vivir en un mundo en el que no hay privacidad y, por lo tanto, no hay espacio para la exploración intelectual y la creatividad”, declaró Snowden desde Hong Kong, en entrevista para The Guardian. En ese diálogo anunció también que no mantendría el anonimato. Días antes, había filtrado información sobre Prism, un programa de espionaje electrónico operado en Estados Unidos. El joven tuvo acceso a esa información como empleado primero de la CIA y después, de manera indirecta, de la NSA. Tales acciones derivaron en una reacción de Estados Unidos: una demanda penal, la revocación del pasaporte de Snowden, así como la presión hacia otros países para que le nieguen el asilo. Para el gobierno de Estados Unidos, se trata de un traidor, aunque otros han cuestionado la idea de traición. ¿Traición a quién? ¿A un régimen que espía? Hay incluso quienes sitúan el caso, como parte de la tradición norteamericana de denuncia cívica.

La incertidumbre se hace mayor al considerar el papel de los otros países en esto. De entrada, está la indignación de los países espiados por Estados Unidos. Cobra relevancia también la red de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con los países por los que ha pasado ya Snowden —China y Rusia— y aquellos a donde podría ir, luego de solicitar asilo. Al cierre de esta columna, el caos había alcanzado al presidente de Bolivia, Evo Morales, cuyo vuelo de Rusia a Ecuador tuvo que ser alterado, luego de que Francia y Portugal le negaran el uso del espacio aéreo por temor a que el avión boliviano llevara escondido a Snowden. Aunque el avión de Morales pudo aterrizar en Austria y, horas después, pudo continuar el viaje a Bolivia, hubo gran indignación entre algunos presidentes sudamericanos. Esto se traduce, para los demás países, en una suerte de obligación de tomar partido: ¿con quiénes está la solidaridad?, ¿a quiénes se les envía una nota diplomática que exprese acuerdos o desacuerdos?

Los analistas de política internacional tendrán mucho que decir al respecto, ya que estos casos de filtración de información —como el que ya habíamos conocido con Julian Assange y WikiLeaks y ahora con el caso de Snowden— derivan en un reacomodo de fuerzas políticas en el mundo. Sin embargo, como he señalado líneas arriba, el hecho de que el tránsito y la solicitud de asilo se hayan convertido en grandes problemas en el terreno diplomático, hace que se pierdan de vista otros asuntos centrales: el espionaje, la libertad de expresión, la libertad en internet y la transparencia. Sospecho que nunca conoceremos los alcances de unos programas de “vigilancia” de tal precisión.

Si el poder está vinculado a la información, ¿quién define la diferencia entre Obama y los otros, como Snowden, Manning y Assange? ¿Quién decide el destino de nuestros datos? Como decía el conocido cómic:“¿quién vigila a los vigilantes?”. O tal vez deberíamos preguntarnos: ¿quién espía a los espías? A propósito, los términos son importantes: mientras algunas notas periodísticas hacen referencia a programas de “vigilancia”, otras emplean el término “espionaje”. No es un dato menor.

Nueva edición de Virtualis: Tecnología, internet y vida social

Ya está en línea el número 6 de Virtualis, la revista del Centro de Estudios sobre Internet y Sociedad, del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México. La edición aborda la relación entre tecnología, internet y vida social, en términos de retos teóricos y metodológicos para su abordaje. Las coordinadoras de este número fueron María Elena Meneses y Paola Ricaurte. Entre los artículos publicados, hay uno mío: «Desafíos en el estudio de la comunicación en internet«.

El diario en línea. Metodología para el análisis y la reflexión sobre Internet y las prácticas políticas entre universitarios

Hace unos días la Revista Latinoamericana de Metodología de Investigación Social publicó el artículo «El diario en línea. Metodología para el análisis y la reflexión sobre Internet y las prácticas políticas entre universitarios», cuyas autoras somos Rebeca Padilla, Dolores Villalpando y quien esto escribe. Esperamos que este artículo sea de utilidad para otras investigaciones.

 

 

La red, la calle y las elecciones en México en 2012

De mi columna Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Los estudiantes protestaron contra el entonces candidato Enrique Peña Nieto, en su visita a esta sede universitaria. La información circuló en tiempo real mediante Twitter, Facebook, YouTube y más. Sin embargo, los grandes medios de comunicación presentaron versiones que contradecían lo que había sucedido, hubo incluso encabezados que decían “Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot”[1], hubo también declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, y de Arturo Escobar, vocero del PVEM, en las que se descalificaba las protestas estudiantiles. Lo anterior derivó en nuevas expresiones de los jóvenes, mediante un video que difundieron en YouTube, donde 131 estudiantes de la Ibero responden a las descalificaciones. Posteriormente, se integraron alumnos de otras universidades, como el ITAM, el Tecnológico de Monterrey, el CIDE, la UNAM, la UAM, entre otras, para dar forma al movimiento YoSoy132.

Este movimiento hizo aportaciones importantes a la discusión pre-electoral en México, al colocar en la agenda el cuestionamiento de un sistema político sucio y perverso, así como de una oferta mediática parcial, caracterizada por un escenario de gran concentración de la propiedad de los medios, que se traduce en una increíble concentración de poder. Asimismo, la organización del #DebateYoSoy132, en el cual participaron tres de los cuatro candidatos a la presidencia de la república, permitió ver un ejercicio alternativo frente a los realizados por el Instituto Federal Electoral.

Un elemento clave fue la combinación de estrategias de organización y comunicación en internet, así como de movilizaciones en las calles. De este modo, se realizaron marchas y acciones de protesta simultáneas en distintas ciudades, tanto del país como del extranjero. En ese sentido, la movilización internacional, tanto de mexicanos que viven en el extranjero, como de extranjeros que se solidarizaron con el movimiento YoSoy132 fue un factor clave, que fue posible y visible, a partir de la comunicación en internet.

Durante la jornada electoral, además de los esfuerzos del movimiento YoSoy132, se observó la participación de los ciudadanos en otras iniciativas, tales como FotoXCasilla, PREP Ciudadano y Observación Electoral 2012 (la cual da continuidad al trabajo realizado en elecciones anteriores, en Cuidemos el voto). La particularidad de estas iniciativas es que permitieron integrar, mediante herramientas tecnológicas, los esfuerzos realizados de manera presencial. También hubo grandes flujos de información en torno a las elecciones, las experiencias de los ciudadanos, el reporte de delitos electorales, las manifestaciones de apoyo o denostación de candidatos, entre otros.

Los resultados de las elecciones son hoy cuestionados por la cantidad impresionante de irregularidades observadas, registradas y difundidas por los ciudadanos, mediante internet. Si bien muchos coinciden/coincidimos en que el ejercicio de los ciudadanos, tanto en las casillas como en los consejos distritales y locales, fue limpio; las condiciones no han sido equitativas.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Nadie esperaba que eso detonara una movilización impresionante a partir de ese punto. Pero, entonces, todo el mundo esperó demasiado, como si mes y medio de movilización tuvieran el superpoder de contrarrestar las inequidades previas. El escenario presente no es el que se auguraba hace meses, pero tampoco el que se pensó que podría ser en las semanas más recientes. Incluso puede observarse por momentos cierta desorientación en los integrantes de las distintas asambleas del movimiento YoSoy132 y entre los ciudadanos. Es complicado levantar la voz en esas condiciones, pero el uso creativo de internet, aunado a las movilizaciones en la calle, alcanzó a abollar la hegemonía de la palabra pública. Así, a la discusión añeja sobre política y medios de comunicación, se suma aquella que confiere a internet—o, mejor dicho, al uso que los ciudadanos hacen de internet— un papel clave en la democracia.


[1] Esto detonó una parodia en Twitter, donde los usuarios emplearon el hashtag #encabezadosOEM.

El #DebateYoSoy132: Cuando los ciudadanos tomaron la pantalla

De mi columna Coordenadas Móviles, en Razón y Palabra.

 

 

“Sabes que algo está cambiando cuando son ciudadanos los que hacen la tarea del IFE”, dijo Paloma en Twitter. Se refería al debate convocado por los jóvenes del movimiento #YoSoy132, para este martes 19 de junio de 2012, a las 20 horas, en el cual participaron tres de los cuatro candidatos a la presidencia de la república.

Para este ejercicio, se invitó a los ciudadanos a proponer las preguntas para los candidatos, en un foro en Internet (Somos más de 131), donde también se podía votar por los cuestionamientos para encontrar cierto nivel de acuerdo. También mediante Internet se dio a conocer que este debate sería transmitido por el canal de Más de 131 en YouTube, así como en otros medios, como Radio Ibero y Radio Educación, así como en algunos espacios físicos.

Al debate asistieron Gabriel Quadri de la Torre, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, mientras que Enrique Peña Nieto declinó la invitación, bajo el argumento de que el movimiento asumió una posición política contra su proyecto y su persona y que esto no garantizaba equidad en el ejercicio. Ante esto, los organizadores dejaron un sillón vacío que evidenciaba la ausencia del candidato de la coalición Compromiso por México.

El #DebateYoSoy132 no tuvo un moderador y un formato, sino tres moderadores y tres formatos. En la primera fase hubo nueve preguntas para tres candidatos, que fueron realizadas a través de Google Hangout por diferentes estudiantes; cada respuesta tuvo una réplica por parte del universitario correspondiente; tanto las preguntas como las respuestas tuvieron tiempo limitado. En la segunda fase los candidatos discutieron en torno a asuntos concretos, hubo mayor oportunidad para la interacción, siempre y cuando no se pasaran del tiempo establecido en 5 minutos, para todas sus intervenciones. En la última fase, hubo preguntas que fueron sorteadas —dos para cada uno— y se concedió tiempo para que determinado candidato respondiera y los dos restantes replicaran. Al final, los candidatos recibieron otras preguntas que los ciudadanos les habían planteado de manera específica.

Como en otras ocasiones, el debate sobre el debate se dio en las redes, conectado por hashtags como #Debate132 y #DebateYoSoy132 y aderezado por las muestras de creatividad de los usuarios, que hacían chistes sobre el sillón vacío, el baño de la Universidad Iberoamericana donde Peña Nieto se ocultó en su visita a esa institución, la apariencia del primer moderador, los problemas para medir el tiempo que tuvo López Obrador, la palabra “celebro” en las intervenciones de Quadri, la pulsera huichola de lucía Vázquez Mota y, por supuesto, las fallas técnicas en la transmisión.

Dichas fallas, en diferentes espacios, fueron una constante y limitaron el ejercicio de ver el debate. Sin embargo, la posibilidad de dialogar mediante Facebook y Twitter llevó a las redes de usuarios a compartir distintas opciones para ver o escuchar el debate: cuando se cayó la transmisión en el canal de Más de 131 en YouTube, ya estaban circulando otras propuestas, como Terra, La Silla Vacía, Uno Noticias, entre otras.

A pesar de esos lamentables problemas, con los aspectos técnicos y con el tiempo, los formatos propuestos por los jóvenes para las distintas fases del debate permitieron una mayor oportunidad para interactuar y discutir, que en los dos ejercicios previos organizados por el Instituto Federal Electoral. En el caso del #DebateYoSoy132 se trató de un ejercicio que hizo visibles otras formas de diálogo democrático, entre los ciudadanos y los candidatos a la presidencia, mediante el uso de Internet como herramienta de organización y de comunicación. En otras palabras, si bien el peso de la tecnología es innegable, es pertinente considerar la capacidad de agencia de los organizadores y los participantes —de uno y otro lados de la pantalla— en la realización de este debate.

Ciertamente, es importante considerar que grandes sectores de mexicanos no tienen acceso a Internet, lo cual coloca a los participantes como un grupo privilegiado. Sin embargo, estos esfuerzos, con sus aciertos y sus errores, permiten observar que la participación ciudadana puede realizarse mediante mecanismos que trascienden el voto. Independientemente de las participaciones de los candidatos y de sus posteriores declaraciones de triunfo en el debate, el ejercicio fue un triunfo para la ciudadanía organizada. Es deseable que estas prácticas trasciendan la temporada de campañas electorales y se planteen como una forma de diálogo también con los representantes populares.

Los aprendizajes tras este debate ciudadano son muchos. Algo se está transformando entre cierto sector de jóvenes, de ciudadanos. Es vital no perder de vista eso que se mueve.

#Debate2012: El debate sobre el debate

De mi columna Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

 

Este domingo 6 de mayo de 2012, hemos sido testigos del primer debate entre los candidatos a la presidencia de México, bajo la organización del Instituto Federal Electoral. Recordemos que hubo una gran discusión en torno a la transmisión del debate, debido a que la Femexfut programó el partido Monarcas – Tigres a la misma hora y que Ricardo Salinas Pliego optó por transmitir el partido en vez del debate en TV Azteca, que esto derivó en un ataque de Anonymous a portales del Grupo Salinas. Recordemos también que Televisa optó por emitir el debate en canal 5 y no en el canal con mayor cobertura y audiencia y que esta postura de las dos mayores televisoras detonó una propuesta del PRD —que finalmente no fue aceptada— para que el debate se presentara en cadena nacional y un cuestionamiento en torno a la pertinencia de esto. Tras todo el caos, la transmisión se dio en los canales comerciales 5 y 40, así como en los canales públicos y en el canal del IFE en YouTube; se registró también la transmisión en algunas plazas públicas, como el Zócalo de la Ciudad de México.

Algunas de las críticas previas al debate presidencial se centraron en las deficiencias del formato para la discusión de las ideas. Sin embargo, con todo y esas limitaciones, los debates organizados por el IFE son de las pocas oportunidades que los ciudadanos tenemos para ver a los candidatos juntos y la idea es que puedan exponer una síntesis de sus propuestas, articulada en ejes y preguntas muy puntuales.

En el debate vimos, en gran parte, la repetición de los spots de campaña de Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, así como una serie de señalamientos hacia los errores de los otros. Las pocas propuestas que los candidatos hicieron, no fueron acompañadas de estrategias, en parte por las problemáticas de formato antes señaladas, por el tiempo tan corto del que disponían para hablar y porque ese escasísimo tiempo fue más utilizado en los ataques. Si entendemos el debate como sacar trapos al sol, lo hubo. Los candidatos resucitaron muertos como Bejarano, Paulette, las faltas de Josefina en el Congreso. Si entendemos el debate como discusión de las ideas, no hubo tal, en parte porque los candidatos se concentraron más en atacar a los adversarios que en mostrar sus propuestas, en parte porque, como ha sido señalado antes, el formato del debate no se presta para ello.

Sin embargo, en Twitter y Facebook, los ciudadanos hicieron/hicimos un debate paralelo en tiempo real sobre el debate presidencial. En Twitter, el hashtag #Debate2012 aglutinó la discusión y en distintos momentos otros hashtags fueron trending topics, sobre todo en referencia a los errores cometidos por los candidatos. En ambas redes circularon las narraciones de lo que se veía en pantalla, críticas serias, sarcasmo puro, repeticiones de las propuestas; en los casos de quienes estaban en plazas públicas, hubo también fotografías de la gente que se había reunido; en los casos de los militantes y simpatizantes de los partidos, hubo también muestras de apoyo y consignas sobre los presuntos triunfos de los cuatro candidatos (irónico que ganen los cuatro a la vez, ¿no?). Si algo fue evidente es lo que distintos académicos han señalado ya respecto a las tendencias de los usuarios de Internet a relacionarse con sujetos afines a ellos, no sólo en asuntos de política, sino en general. Esto implica que, cuando se dialoga con otros en la red, casi siempre se hace con quienes están de acuerdo. Lo anterior fue evidente en el debate paralelo, donde las diferentes posturas se encontraron, ciertos sectores tuvieron un acercamiento al diálogo, pero otros se concentraron en publicar y re-publicar lo que resultaba favorable para el candidato de su preferencia… es decir, nada nuevo.

Algunos de los señalamientos que se hicieron en las redes fueron hacia lo acartonado de los discursos perfectamente ensayados de algunos candidatos, así como hacia la necesidad de incorporar mecanismos que permitieran la participación de los ciudadanos en el debate, algo que ya ha ensayado CNN México en su ejercicio Foro CNN, donde si bien la crítica ha sido que las preguntas son muy básicas, se ha incorporado la participación de los ciudadanos tanto en el foro televisivo como a través de Internet, lo cual permite una discusión enriquecedora.

En suma, el debate que se registró en Internet, acerca del debate presidencial, fue un importante ejercicio ciudadano de discusión de los asuntos públicos que, sin duda, deberá explotarse más en otros momentos. Aunque el discurso optimista sobre Internet, en el que se enfatiza su potencial democratizador, debería considerar que el acceso a la red es muy limitado en nuestro país y que el interés por la política —con o sin Internet de por medio— es muy débil también, es en estos espacios donde se puede apelar a una mayor participación ciudadana mediante la discusión.