Imaginar un mundo mejor: La expresión pública de los activistas en internet

Libro Imaginar un mundo mejor

Por fin salió mi libro Imaginar un mundo mejor: La expresión pública de los activistas en internet. Se trata de mi tesis de Doctorado en Estudios Científico-Sociales, que ha sido publicada por el ITESO, como parte de la Colección Vestigium.

Es muy satisfactorio ver que el trabajo de más de cuatro años salga a la luz, es algo que le debía a las y los activistas que confiaron en mí. Uno de los elementos clave que estos activistas ponen en la mesa es el asunto de la gratuidad. Pues, bien, la publicación de este texto -como otros tantos del ITESO- es una apuesta por el conocimiento abierto, está en línea Y SIN COSTO.

Aquí pueden bajarlo de Amazon: https://www.amazon.com.mx/Imaginar-mundo-mejor-expresi%C3%B3n-activistas-ebook/dp/B07TLDTFCL/ref=sr_1_1?__mk_es_MX=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=vestigium&qid=1568774953&s=gateway&sr=8-1

Y acá de Google Play: https://play.google.com/store/books/details/Dorismilda_Flores_M%C3%A1rquez_Imaginar_un_mundo_mejor?id=v0ifDwAAQBAJ

 

 

 

Nota suelta sobre análisis de redes sociales

«Las redes no valen para todo», dijo Ignacio Ramos Vidal a propósito de la perspectiva de las redes sociales. Lo primero que necesitamos es tener claro por qué queremos introducir el concepto de red en la pregunta de investigación, para ver si es congruente. Esto fue en el taller «Estrategias de evaluación y análisis estructural de redes sociales», del 1st. Summer Seminar on Social Network Analysis, en la UAA.

La búsqueda de mirar más allá: El G1 de AMIC y el viraje hacia lo público y lo político

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Hace por lo menos un año que los participantes constantes del G1 de AMIC (grupo de investigación sobre nuevas tecnologías, internet y sociedad de la información) entramos en una especie de etapa auto-reflexiva, a partir de la pregunta por las preguntas que nos hemos hecho a través de estos años. La discusión de este año fue, quizás, una de las más ricas en muchos sentidos.

Este año —en el que, por cierto, hubo menos ponencias, pero de mayor calidad— fue posible identificar dos tendencias en el grupo: una en torno a las identidades, la performatividad y las interfaces[1], que da continuidad y profundiza lo que habíamos trabajado en los años previos; otra que constituye un viraje hacia las preguntas por lo público y lo político[2].

Quienes llevamos varios años en el grupo observamos diversos desplazamientos temáticos, teóricos y metodológicos. Temáticamente, vamos superando esta especie de mediacentrismo que durante varios años arrastramos. Dejamos de hablar de blogs, Second Life, Facebook o Twitter, para hablar de procesos comunicativos más amplios. Teóricamente, parece que todos los caminos llevan a la lingüística, la semiótica, la psicología, la filosofía política y la sociología de movimientos sociales, en la búsqueda de abordajes que den cuenta de la complejidad de estas prácticas de comunicación. Metodológicamente, nuestros abordajes cualitativos de siempre se han enriquecido con lo cuantitativo —sobre todo a partir del trabajo con big data— y lo mixto.

Tanto en las sesiones como en los pasillos, nos preguntamos más de una vez cuál es la especificidad de nuestro grupo, cuando en todos los grupos hay discusiones que implican mediaciones tecnológicas (en educación, audiencias, periodismo y más) y cuando —disculpen todos por ser tan necia con este punto— nuestras nuevas tecnologías se han hecho viejas. Quizás este momento de incertidumbres, que nos resulta tan desafiante y emocionante, es la señal de que nuestro grupo está madurando. Ya veremos qué depara el próximo año.

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[1] En esta línea pueden situarse las ponencias de Jorge Hidalgo Toledo (Hipermediatización: prácticas performativas y cambios estruc- turales en la construcción de las constelaciones e identidades hipermediales), Gabriel Pérez Salazar, Francesco Gervasi y Basilia Fernanda Cuevas (Expresión de identidades religiosas en línea: El caso de la Santa Muerte en Facebook), Jacob Bañuelos Capistrán (Documentalismo conversacional en Instagram: interface e interactividad multidimensional), Raquel Espinosa Castañeda (Generación de imágenes mentales a partir de la percepción virtual táctil en personas ciegas utilizando tecnologías de realidad virtual y sistemas hápticos), Magdalena López de Anda (Genealogía de los Mundos Virtuales: del relato al inventario) y Josela Romero López (El talante polisémico de la noción redes sociales).

[2] Esta línea se integra por las ponencias de María de la Luz Casas Pérez (Ciudades inteligentes y ambientes de comunicación digital), Amílcar Chavarría Cruz (Esfera pública, de lo tangible a lo digital. Twitter en las Elecciones Presidenciales México 2012), Guiomar Rovira Sancho (La política en las redes digitales: un espacio sin aura), Miguel Angel Rivera Herrera (¿Interacción política en el marco de la Sociedad de la Información?: Un análisis del uso de la red social Twitter por ciudadanos y candidatos presidenciales en la elección México 2012), Jacobo Nájera, Paola Ricaurte Quijano y Jesús Robles Maloof (Las sociedades de control: biopoder, tecnología y vigilancia de Estado), la mía (La red, la calle y los medios: Tres escenarios para el estudio de la expresión pública de los activistas) y la de Juan Manuel Ávalos González, que no alcanzó a llegar, pero que es un elemento constante en este grupo  (Disidencia juvenil y medios digitales. Aproximación a la experiencia del #YoSoy132 Tijuana).

La red, la calle y las elecciones en México en 2012

De mi columna Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Los estudiantes protestaron contra el entonces candidato Enrique Peña Nieto, en su visita a esta sede universitaria. La información circuló en tiempo real mediante Twitter, Facebook, YouTube y más. Sin embargo, los grandes medios de comunicación presentaron versiones que contradecían lo que había sucedido, hubo incluso encabezados que decían “Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot”[1], hubo también declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, y de Arturo Escobar, vocero del PVEM, en las que se descalificaba las protestas estudiantiles. Lo anterior derivó en nuevas expresiones de los jóvenes, mediante un video que difundieron en YouTube, donde 131 estudiantes de la Ibero responden a las descalificaciones. Posteriormente, se integraron alumnos de otras universidades, como el ITAM, el Tecnológico de Monterrey, el CIDE, la UNAM, la UAM, entre otras, para dar forma al movimiento YoSoy132.

Este movimiento hizo aportaciones importantes a la discusión pre-electoral en México, al colocar en la agenda el cuestionamiento de un sistema político sucio y perverso, así como de una oferta mediática parcial, caracterizada por un escenario de gran concentración de la propiedad de los medios, que se traduce en una increíble concentración de poder. Asimismo, la organización del #DebateYoSoy132, en el cual participaron tres de los cuatro candidatos a la presidencia de la república, permitió ver un ejercicio alternativo frente a los realizados por el Instituto Federal Electoral.

Un elemento clave fue la combinación de estrategias de organización y comunicación en internet, así como de movilizaciones en las calles. De este modo, se realizaron marchas y acciones de protesta simultáneas en distintas ciudades, tanto del país como del extranjero. En ese sentido, la movilización internacional, tanto de mexicanos que viven en el extranjero, como de extranjeros que se solidarizaron con el movimiento YoSoy132 fue un factor clave, que fue posible y visible, a partir de la comunicación en internet.

Durante la jornada electoral, además de los esfuerzos del movimiento YoSoy132, se observó la participación de los ciudadanos en otras iniciativas, tales como FotoXCasilla, PREP Ciudadano y Observación Electoral 2012 (la cual da continuidad al trabajo realizado en elecciones anteriores, en Cuidemos el voto). La particularidad de estas iniciativas es que permitieron integrar, mediante herramientas tecnológicas, los esfuerzos realizados de manera presencial. También hubo grandes flujos de información en torno a las elecciones, las experiencias de los ciudadanos, el reporte de delitos electorales, las manifestaciones de apoyo o denostación de candidatos, entre otros.

Los resultados de las elecciones son hoy cuestionados por la cantidad impresionante de irregularidades observadas, registradas y difundidas por los ciudadanos, mediante internet. Si bien muchos coinciden/coincidimos en que el ejercicio de los ciudadanos, tanto en las casillas como en los consejos distritales y locales, fue limpio; las condiciones no han sido equitativas.

Nadie esperaba el acontecimiento del 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Nadie esperaba que eso detonara una movilización impresionante a partir de ese punto. Pero, entonces, todo el mundo esperó demasiado, como si mes y medio de movilización tuvieran el superpoder de contrarrestar las inequidades previas. El escenario presente no es el que se auguraba hace meses, pero tampoco el que se pensó que podría ser en las semanas más recientes. Incluso puede observarse por momentos cierta desorientación en los integrantes de las distintas asambleas del movimiento YoSoy132 y entre los ciudadanos. Es complicado levantar la voz en esas condiciones, pero el uso creativo de internet, aunado a las movilizaciones en la calle, alcanzó a abollar la hegemonía de la palabra pública. Así, a la discusión añeja sobre política y medios de comunicación, se suma aquella que confiere a internet—o, mejor dicho, al uso que los ciudadanos hacen de internet— un papel clave en la democracia.


[1] Esto detonó una parodia en Twitter, donde los usuarios emplearon el hashtag #encabezadosOEM.

El #DebateYoSoy132: Cuando los ciudadanos tomaron la pantalla

De mi columna Coordenadas Móviles, en Razón y Palabra.

 

 

“Sabes que algo está cambiando cuando son ciudadanos los que hacen la tarea del IFE”, dijo Paloma en Twitter. Se refería al debate convocado por los jóvenes del movimiento #YoSoy132, para este martes 19 de junio de 2012, a las 20 horas, en el cual participaron tres de los cuatro candidatos a la presidencia de la república.

Para este ejercicio, se invitó a los ciudadanos a proponer las preguntas para los candidatos, en un foro en Internet (Somos más de 131), donde también se podía votar por los cuestionamientos para encontrar cierto nivel de acuerdo. También mediante Internet se dio a conocer que este debate sería transmitido por el canal de Más de 131 en YouTube, así como en otros medios, como Radio Ibero y Radio Educación, así como en algunos espacios físicos.

Al debate asistieron Gabriel Quadri de la Torre, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, mientras que Enrique Peña Nieto declinó la invitación, bajo el argumento de que el movimiento asumió una posición política contra su proyecto y su persona y que esto no garantizaba equidad en el ejercicio. Ante esto, los organizadores dejaron un sillón vacío que evidenciaba la ausencia del candidato de la coalición Compromiso por México.

El #DebateYoSoy132 no tuvo un moderador y un formato, sino tres moderadores y tres formatos. En la primera fase hubo nueve preguntas para tres candidatos, que fueron realizadas a través de Google Hangout por diferentes estudiantes; cada respuesta tuvo una réplica por parte del universitario correspondiente; tanto las preguntas como las respuestas tuvieron tiempo limitado. En la segunda fase los candidatos discutieron en torno a asuntos concretos, hubo mayor oportunidad para la interacción, siempre y cuando no se pasaran del tiempo establecido en 5 minutos, para todas sus intervenciones. En la última fase, hubo preguntas que fueron sorteadas —dos para cada uno— y se concedió tiempo para que determinado candidato respondiera y los dos restantes replicaran. Al final, los candidatos recibieron otras preguntas que los ciudadanos les habían planteado de manera específica.

Como en otras ocasiones, el debate sobre el debate se dio en las redes, conectado por hashtags como #Debate132 y #DebateYoSoy132 y aderezado por las muestras de creatividad de los usuarios, que hacían chistes sobre el sillón vacío, el baño de la Universidad Iberoamericana donde Peña Nieto se ocultó en su visita a esa institución, la apariencia del primer moderador, los problemas para medir el tiempo que tuvo López Obrador, la palabra “celebro” en las intervenciones de Quadri, la pulsera huichola de lucía Vázquez Mota y, por supuesto, las fallas técnicas en la transmisión.

Dichas fallas, en diferentes espacios, fueron una constante y limitaron el ejercicio de ver el debate. Sin embargo, la posibilidad de dialogar mediante Facebook y Twitter llevó a las redes de usuarios a compartir distintas opciones para ver o escuchar el debate: cuando se cayó la transmisión en el canal de Más de 131 en YouTube, ya estaban circulando otras propuestas, como Terra, La Silla Vacía, Uno Noticias, entre otras.

A pesar de esos lamentables problemas, con los aspectos técnicos y con el tiempo, los formatos propuestos por los jóvenes para las distintas fases del debate permitieron una mayor oportunidad para interactuar y discutir, que en los dos ejercicios previos organizados por el Instituto Federal Electoral. En el caso del #DebateYoSoy132 se trató de un ejercicio que hizo visibles otras formas de diálogo democrático, entre los ciudadanos y los candidatos a la presidencia, mediante el uso de Internet como herramienta de organización y de comunicación. En otras palabras, si bien el peso de la tecnología es innegable, es pertinente considerar la capacidad de agencia de los organizadores y los participantes —de uno y otro lados de la pantalla— en la realización de este debate.

Ciertamente, es importante considerar que grandes sectores de mexicanos no tienen acceso a Internet, lo cual coloca a los participantes como un grupo privilegiado. Sin embargo, estos esfuerzos, con sus aciertos y sus errores, permiten observar que la participación ciudadana puede realizarse mediante mecanismos que trascienden el voto. Independientemente de las participaciones de los candidatos y de sus posteriores declaraciones de triunfo en el debate, el ejercicio fue un triunfo para la ciudadanía organizada. Es deseable que estas prácticas trasciendan la temporada de campañas electorales y se planteen como una forma de diálogo también con los representantes populares.

Los aprendizajes tras este debate ciudadano son muchos. Algo se está transformando entre cierto sector de jóvenes, de ciudadanos. Es vital no perder de vista eso que se mueve.

#Debate2012: El debate sobre el debate

De mi columna Coordenadas móviles, en Razón y Palabra.

 

Este domingo 6 de mayo de 2012, hemos sido testigos del primer debate entre los candidatos a la presidencia de México, bajo la organización del Instituto Federal Electoral. Recordemos que hubo una gran discusión en torno a la transmisión del debate, debido a que la Femexfut programó el partido Monarcas – Tigres a la misma hora y que Ricardo Salinas Pliego optó por transmitir el partido en vez del debate en TV Azteca, que esto derivó en un ataque de Anonymous a portales del Grupo Salinas. Recordemos también que Televisa optó por emitir el debate en canal 5 y no en el canal con mayor cobertura y audiencia y que esta postura de las dos mayores televisoras detonó una propuesta del PRD —que finalmente no fue aceptada— para que el debate se presentara en cadena nacional y un cuestionamiento en torno a la pertinencia de esto. Tras todo el caos, la transmisión se dio en los canales comerciales 5 y 40, así como en los canales públicos y en el canal del IFE en YouTube; se registró también la transmisión en algunas plazas públicas, como el Zócalo de la Ciudad de México.

Algunas de las críticas previas al debate presidencial se centraron en las deficiencias del formato para la discusión de las ideas. Sin embargo, con todo y esas limitaciones, los debates organizados por el IFE son de las pocas oportunidades que los ciudadanos tenemos para ver a los candidatos juntos y la idea es que puedan exponer una síntesis de sus propuestas, articulada en ejes y preguntas muy puntuales.

En el debate vimos, en gran parte, la repetición de los spots de campaña de Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, así como una serie de señalamientos hacia los errores de los otros. Las pocas propuestas que los candidatos hicieron, no fueron acompañadas de estrategias, en parte por las problemáticas de formato antes señaladas, por el tiempo tan corto del que disponían para hablar y porque ese escasísimo tiempo fue más utilizado en los ataques. Si entendemos el debate como sacar trapos al sol, lo hubo. Los candidatos resucitaron muertos como Bejarano, Paulette, las faltas de Josefina en el Congreso. Si entendemos el debate como discusión de las ideas, no hubo tal, en parte porque los candidatos se concentraron más en atacar a los adversarios que en mostrar sus propuestas, en parte porque, como ha sido señalado antes, el formato del debate no se presta para ello.

Sin embargo, en Twitter y Facebook, los ciudadanos hicieron/hicimos un debate paralelo en tiempo real sobre el debate presidencial. En Twitter, el hashtag #Debate2012 aglutinó la discusión y en distintos momentos otros hashtags fueron trending topics, sobre todo en referencia a los errores cometidos por los candidatos. En ambas redes circularon las narraciones de lo que se veía en pantalla, críticas serias, sarcasmo puro, repeticiones de las propuestas; en los casos de quienes estaban en plazas públicas, hubo también fotografías de la gente que se había reunido; en los casos de los militantes y simpatizantes de los partidos, hubo también muestras de apoyo y consignas sobre los presuntos triunfos de los cuatro candidatos (irónico que ganen los cuatro a la vez, ¿no?). Si algo fue evidente es lo que distintos académicos han señalado ya respecto a las tendencias de los usuarios de Internet a relacionarse con sujetos afines a ellos, no sólo en asuntos de política, sino en general. Esto implica que, cuando se dialoga con otros en la red, casi siempre se hace con quienes están de acuerdo. Lo anterior fue evidente en el debate paralelo, donde las diferentes posturas se encontraron, ciertos sectores tuvieron un acercamiento al diálogo, pero otros se concentraron en publicar y re-publicar lo que resultaba favorable para el candidato de su preferencia… es decir, nada nuevo.

Algunos de los señalamientos que se hicieron en las redes fueron hacia lo acartonado de los discursos perfectamente ensayados de algunos candidatos, así como hacia la necesidad de incorporar mecanismos que permitieran la participación de los ciudadanos en el debate, algo que ya ha ensayado CNN México en su ejercicio Foro CNN, donde si bien la crítica ha sido que las preguntas son muy básicas, se ha incorporado la participación de los ciudadanos tanto en el foro televisivo como a través de Internet, lo cual permite una discusión enriquecedora.

En suma, el debate que se registró en Internet, acerca del debate presidencial, fue un importante ejercicio ciudadano de discusión de los asuntos públicos que, sin duda, deberá explotarse más en otros momentos. Aunque el discurso optimista sobre Internet, en el que se enfatiza su potencial democratizador, debería considerar que el acceso a la red es muy limitado en nuestro país y que el interés por la política —con o sin Internet de por medio— es muy débil también, es en estos espacios donde se puede apelar a una mayor participación ciudadana mediante la discusión.

Libertad vulnerada: Usuarios de redes sociales, gobiernos y crimen organizado en México

De mi columna Coordenadas Móviles en Razón y Palabra.

 

El gran sueño en torno a Internet ha sido, durante muchos años, la contribución al desarrollo de la democracia, principalmente por medio de la posibilidad de comunicarse libremente. Sin embargo, durante años hemos conocido una serie de casos de ataques a la libertad de expresión, en distintos lugares del mundo, donde no conviene a los regímenes totalitarios que los ciudadanos ejerzan su derecho a la comunicación.

En México, el escenario en torno a la libertad de expresión se ha enturbiado considerablemente: a de los cada vez más frecuentes asesinatos de periodistas, se suman los ataques contra civiles, usuarios activos de Internet, de los cuales hemos conocido algunos en el mes más reciente. La particularidad ahora es que tales ataques provienen de dos lados: el crimen organizado y el gobierno.

Una de las noticias del 15 de septiembre fue escalofriante: Se encontraron los cuerpos descuartizados de un hombre y una mujer en Nuevo Laredo, presuntamente victimados por Zetas, en represalia por difundir noticias sobre la situación de violencia del norte del país, mediante Facebook, Twitter y los blogs Al rojo vivo y Blog del narco[1]. Unos días después, en la misma ciudad, se encontró el cuerpo de una mujer, también mutilada y decapitada, por iguales razones[2].

Otra noticia impactante vino de Veracruz, donde dos tuiteros, Gilberto Martínez y María de Jesús Bravo, fueron acusados de terrorismo, el 30 de agosto. La versión oficial señaló que ellos dispersaron el rumor de un ataque en la ciudad, a pesar de que había información que indica que el pánico en las calles empezó antes que los tuits[3]. Aunque estos ciudadanos fueron liberados el 21 de septiembre, se tipificó un nuevo delito: perturbación del orden público, en el Código Penal de Veracruz; la intención es sancionar con cárcel a quienes difundan rumores que, desde la perspectiva del gobierno, alteren el orden público[4].

Éste momento de libertad vulnerada es clave para recordar el Informe MacBride y su planteamiento del derecho a comunicar como prerrequisito para los otros derechos humanos. ¿Qué posibilidades tienen los ciudadanos para hacer frente a las amenazas que, contra la libertad de expresión, se producen desde el crimen organizado y desde el gobierno? ¿Replegarse a lo privado? ¿Arriesgar por seguir construyendo lo público? ¿Pensar en maneras creativas de seguir denunciando lo que todos sabemos que ocurre, aunque para muchos convenga hacer un voto de silencio?

 


[1] Arana, A. “Murders a warning to Mexican social media users”. Uncut. Consultado el 16 de septiembre de 2011 en: http://uncut.indexoncensorship.org/2011/09/murders-a-warning-to-mexican-social-media-users/

[2] Sin Embargo. “Decapitan a bloguera en Nuevo Laredo por informar sobre narco”. Consultado el 28 de septiembre de 2011 en: http://www.sinembargo.mx/24-09-2011/45407

[3] La Plaza. “Veracruz panic started before ‘terrorist’ tweets, reports say”. Consultado el 12 de septiembre de 2011 en: http://latimesblogs.latimes.com/laplaza/2011/09/twitter-mexico-veracruz-details-confusion-rumor-precedents.html?dlvrit=99665

Imagen de Veracruz. “Inocente, tuitero detenido”. Consultado el 12 de septiembre de 2011 en: http://www.imagendeveracruz.com.mx/vernota.php?id=99663

[4] BBC Mundo. “Liberan a tuiteros encarcelados en México”. Consultado el 21 de septiembre de 2011 en: http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2011/09/110921_ultnot_mexico_liberan_tuiteros_veracruz_jrg.shtml

BBC Mundo. “Cruzada oficial contra tuiteros en México”. Consultado el 7 de septiembre de 2011 en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/09/110905_twitter_terrorismo_veracruz_an.shtml

A etiquetó a B en una de tus fotos: Sentido de comunidad del Festival de Música de Cámara

Dicen que cada uno ve lo que quiere ver, que dependiendo de sus experiencias e intereses ve con cierta nitidez algunos aspectos de la realidad. En mi caso, no pensaba escribir sobre el Festival de Música de Cámara Aguascalientes 2010, porque mi falta de formación musical es evidente y a lo máximo que puedo aspirar es a escribir desde la condición de fan (aunque, ya que lo pienso, ser fan permite ver otras cosas); pero en estos días posteriores he visto (lo que quiero ver) la extensión de las redes por vías no presenciales y eso me ha hecho clic de inmediato.

Luego de la semana de magníficos conciertos, subí algunas fotos a Facebook y etiqueté a quienes ya estaban entre mis contactos; luego mi sobrino Charbel etiquetó a algunos de sus compañeros y ellos, a su vez, a otros y otros y otros y en pocas horas, las notificaciones de Facebook crecieron cual mancha voraz: A etiquetó a B, C ha comentado tu foto, D ha solicitado etiquetar tu foto, A quiere ser tu amigo, B ha sugerido que conoces a C, D ha escrito en tu muro. Seguramente otros muros vivieron esto mismo. Las frías notificaciones dejaron ver un sentido de comunidad que se extendía de los espacios presenciales a los virtuales. Lo más divertido vino el fin de semana pasado, cuando me encontré en un bar a una violinista que participó en el Festival: “tú eres la que subió unas fotos, gracias”, me dijo.

Ya he discutido antes en este blog sobre la formación de redes de comunicación digital, a partir de las afinidades y los intereses compartidos, sea entre conocidos de contextos presenciales o entre desconocidos que se cruzan en el ciberespacio; pero fue genial visualizar, casi en tiempo real, el tejido de la versión virtual de las redes del Festival de Música de Cámara, luego de una semana de interacción presencial. No sé si sea mi imaginación, pero desde las sillas (iba a escribir «desde las butacas», pero este año no hubo, gulp) se percibía un ambiente más relajado y de mayor compañerismo. Alexander Freund, incluso, hablaba de una gran frescura y cierta atmósfera especial que envuelve el festival. Tal vez esa atmósfera se conserva en las redes, entre los que no se ven todos los días. De algún modo, la vida está hecha de encuentros; cuando se puede, éstos son cara a cara; cuando no, las tecnologías de información y comunicación permiten crear la sensación de que se está cerca.

Un blog es nuestra casa y las redes sociales son los bares

Reducir la comunicación a las tecnologías o los medios es tan deformador como pensar que ellos son exteriores y accesorios a (la verdad de) la comunicación.

Jesús Martín-Barbero

Pocas cosas me asombran tanto como la capacidad de los humanos para sorprendernos frente a lo que pensamos “nuevo”, para insertarnos con gran velocidad en la conversación acerca de tal “novedad” y atribuirle todo tipo de bienes (o de males). Así ha ocurrido con el cine, la radio, la televisión, los teléfonos celulares, las computadoras e internet; así ocurre ahora con eso que en el habla común se llama “redes sociales”. Éstas han ganado visibilidad tanto por el crecimiento en el número de usuarios, como por la utilización de estos recursos en situaciones de crisis políticas —como en Irán, Honduras y más— y desastres naturales —como en los casos del tsunami en el Pacífico Sur o el terremoto en Haití—.

En medio de esta repentina visibilidad, se habla a la ligera de “redes sociales” y con mucha frecuencia este concepto se reduce a sitios como Facebook y Twitter. Así, abundan las notas donde se habla de que “redes sociales vigilan hábitos de consumo”, “redes sociales reemplazan al e-mail”, “Google adquiere una red social” o hasta de que “Twitter nos quiere matar de miedo”. Las redes, sin embargo, no se limitan a los medios técnicos que posibilitan la creación de un perfil personal y cierto tipo de interacción; en sentido antropológico, las redes sociales existen desde siempre, y son entendidas como campos constituidos por relaciones entre sujetos, donde cada uno es un nodo con vínculos con los otros. Autores como Raymond Williams, Assa Briggs y Peter Burke, así como Pablo Fernández Christlieb, han documentado las antiguas prácticas de comunicación oral y escrita en redes que solían construirse en casas y lugares públicos, tales como cafés y plazas.

Obviamente, la sensación de red también se produce en espacios virtuales, como ya lo plantearon Rheingold y otros autores desde principios de los 90. De hecho, en inglés suele hacerse la distinción entre social network site de social networking, es decir, una cosa son los sitios de redes sociales y otra es la práctica en sí misma. Quizá la principal diferencia que plantean los blogs, el micro-blogging, los sitios de redes y los juegos de roles en línea, frente a las otras redes, tiene que ver con la posibilidad de visualizarlas, a partir de los contactos, los comentarios, las menciones y más, que son como el rastro observable de las relaciones entre los humanos.

Se aprecia una tendencia creciente de superposición entre las redes —entendidas, como decía líneas arriba, en tanto relaciones—, muchas personas son usuarios activos de blogs, Twitter, Facebook, Flickr, YouTube, Buzz y otras; éstas, además, con frecuencia se conectan de modo automático —actualizaciones de estado en Twitter que se reproducen en Facebook y en los blogs, actualizaciones de todo que aparecen súbitamente en Buzz— o manual —usuarios que comentan en Facebook que han agregado una nueva entrada en su blog o que han encontrado un video buenísimo en YouTube—. Los contactos —o amigos o seguidores— pueden no ser los mismos en distintos espacios, pero al estar interconectados la discusión se diversifica: gran sorpresa para quienes pronosticaban el fin de los blogs con el surgimiento de Facebook o la muerte de éste último con el de Twitter.

Si bien la base de la interacción en redes virtuales es la existencia de afinidades, de intereses comunes, es posible identificar distintos sentidos para distintos espacios. Dice Octavio Rojas (@octaviorojas) que dice Álvaro Ortiz (@furilo), que “un blog es nuestra casa y las redes sociales son los bares” —de ahí el título de este escrito—. Los usuarios atribuyen a sus blogs sentidos de “lugar propio”, como si fuera una casa, porque es algo fijo, que puede ser personalizado y que los otros pueden visitar; mientras que el sentido principal de participar en Twitter, Facebook y más, no es tener un lugar, sino encontrarse con los otros, estar juntos, compartir el espacio, aunque haya miles de kilómetros de por medio, aunque en México sean las 2 de la tarde y en Eslovaquia anochezca. La magia de las redes, creo, no está sólo en lo técnico, sino en la posibilidad de construirse sobre otras coordenadas.



Publicado en Guardagujas número 9.