Estar lejos y estar juntos: Medios / tecnologías, relaciones y contextos

De mi columna Coordenadas Móviles, en Razón y Palabra.

Los japoneses que llegaron a Aguascalientes a principios de los 80, tuvieron la necesidad de aprender un poco de español y vincularse con los vecinos, los compañeros de trabajo y el entorno urbano. Para los japoneses que han llegado a la misma ciudad, 20 o 30 años después, el establecimiento de estos vínculos es opcional, ya que la presencia de las tecnologías de información y comunicación posibilita que ellos sigan al pendiente de las noticias y que estén en contacto permanente con sus seres queridos en Japón o en cualquier parte del mundo. Esto relata Rebeca Padilla en su libro Geografías mediáticas y ciudadanas[1]. En otros tiempos, la comunicación entre los que se iban y los que se quedaban, se limitaba a las cartas enviadas por correo postal y a las llamadas telefónicas, pero las primeras tardaban mucho tiempo y las segundas resultaban muy caras. Con el tiempo, hemos sido testigos de ciertas transformaciones en la experiencia migratoria, a partir de la incorporación paulatina de las tecnologías de información y comunicación en la vida cotidiana, pues con ellas es posible estar en contacto permanente.

Con base en un acercamiento etnográfico en tres países —Inglaterra, Filipinas y Trinidad—, Mirca Madianou y Daniel Miller[2] han planteado que las familias transnacionales disponen de una serie de medios digitales, para comunicarse de un país a otro. A esta disposición de medios, los autores han llamado polymedia, pero enfatizan que tal concepto no se refiere sólo a la proliferación de medios, sino que adquiere sentido con las elecciones que los sujetos hacen, dentro de las limitaciones estructurales, para estar con otros. ¿Es mejor escribir un mail o llamar por Skype para resolver algún problema o contar algo importante? ¿Es mejor no aparecer en Skype cuando se quiere ocultar una cara de decaimiento y depresión?

Los migrantes permanentes o temporales de los que hablan tanto Madianou y Miller como Padilla, tienen la opción de elegir, pero hay quienes no. Rebeca Padilla plantea —también en Geografías mediáticas y ciudadanas— que las realidades de algunos sujetos viven en una lógica global, con muchas opciones tecnológicas para informarse y comunicarse y con las posibilidades de viajar alrededor del mundo, coexisten con las de otros sujetos con menos recursos, que viven anclados a la localidad, se relacionan con medios como la radio y los periódicos y consideran toda una experiencia “viajar” al centro de la ciudad. En suma, mientras en algunos contextos el mundo es un pañuelo, en otros la propia ciudad tiene lugares lejanos.

Con frecuencia, el optimismo en torno a la tecnología nos lleva a elogiar la posibilidad de estar juntos, aunque se esté lejos, mediante una llamada en Skype, un mensaje en Facebook o Whatsapp u otros artilugios. Sin embargo, no hemos de olvidar que esa posibilidad de estar cerca incluso en la distancia es un privilegio sólo de algunos.

[1] Padilla, Rebeca. Geografías mediáticas y ciudadanas. Universidad Autónoma de Aguascalientes. México, 2012.

[2] Madianou, Mirca & Miller, Daniel. “Polymedia: Towards a new theory of digital media in interpersonal communication”, International Journal of Cultural Studies 0, 0 (2012).

De «thanks for being part of my dream» al «power of we»: La red, los acontecimientos y el sentido de nosotros

De mi columna, que se llama igual que este blog, en Razón y Palabra.

El volumen y la velocidad de los tuits se volvieron impresionantes, para tratarse de una mañana común de domingo. De pronto, medio mundo hablaba de Red Bull y  relataba cómo un hombre subía en un globo, para saltar desde la estratósfera, bajo el patrocinio de esta marca. Tardé unos minutos en recordar que había leído una nota, días antes, sobre el salto que había sido pospuesto. El sentido de los tuits oscilaba entre el asombro y la parodia, la expectación crecía segundo a segundo.

Este acontecimiento del 14 de octubre es susceptible de distintas lecturas. De entrada, resulta relevante como hecho científico, por sus aportaciones para la ingeniería aeroespacial. A la vez, se ha erigido como un suceso de gran notoriedad, que seguro será parte importante de la historia de nuestros tiempos. En términos de mercadotecnia, es fundamental discutir el impacto que este salto tuvo para la marca, porque se trató de una inversión millonaria en una actividad no convencional, que logró colocarse en el centro de las miradas; si bien puede entenderse como un asunto publicitario, no se trata de productos comunicativos innecesarios y superfluos, sino de algo —como fue señalado líneas arriba— de relevancia científica e histórica.

Sin embargo, un asunto especialmente interesante para esta columna es la comunicación a través de las redes. El récord fue más allá de la altura, la transmisión en YouTube registró 8 millones de espectadores (YouTube, 2012). El salto desde la estratósfera se incorporó en el interés de gran cantidad de usuarios, que siguieron la transmisión y la comentaron en Facebook y, sobre todo, en Twitter. Los hashtags #redbullstratos,#stratos#felixbaumgartner#spacejump, así como las apropiaciones #posmetirodelaestratosfera,#sibaumgartnerfueramexicano y otras, aglutinaron la conversación, de manera intensiva durante unas horas y, con menor intensidad, durante todo el día. Insertarse en el torrente de tuits es una manera de tomar parte de un tema que se considera importante para los otros, es también pertenecer a una colectividad. “Thanks for being part of my dream”, dijo Félix Baumgartner (Red Bull Stratos, 2012).

Unas horas después, el 15 de octubre, se celebró el Blog Action Day, cuyo lema este año fue “power of we” (Blog Action Day, 2012), éste hace referencia a la capacidad de trabajar juntos para hacer del mundo un lugar mejor y se constituye como un llamado a la acción, desde los blogs. Este “trabajar juntos” se vincula, entre otras cosas, al uso de las redes para el activismo y a la capacidad de concentración de las discusiones en torno a intereses comunes. De hecho, la elección del “power of we” como tema partió de la revisión de sugerencias de miles de participantes alrededor del planeta.

Evidentemente, el impacto del Blog Action Day dista de aquel que tuvo elRed Bull Stratos; pero si algo hemos de reconocer como asunto transversal en estos casos es la identificación de un “nosotros”, más allá de cada uno. No deja de ser paradójico que, en una sociedad global (si es que puede llamarse así) tan volcada hacia el individualismo, tenga tal fuerza la búsqueda de un “nosotros”.

La incorporación del reloj y sus implicaciones en la vida social

Si bien no se trata de una tecnología de comunicación e información, la incorporación del reloj se ha vinculado a la transición del trabajo artesanal al trabajo en fábricas, donde surgió la necesidad de medir el tiempo y establecer jornadas laborales. Un asunto concreto para pensar es si comemos cuando tenemos hambre o cuando es hora de comer.

No puedo dejar de pensar en Metrópolis, de Fritz Lang.

Y en el «Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj» de Julio Cortázar.

Todos en el piso

No sabemos qué pasa afuera, sólo escuchamos los balazos. Quizás el video que está abajo es una metáfora perfecta de nuestra situación frente a la violencia, podemos no saber de dónde viene ni qué está pasado exactamente afuera, pero a falta de soluciones colectivas, buscamos formas individuales de enfrentarla o, al menos, de asumirla (a propósito de lo que señalaba en el post anterior).

Alan Santacruz lo expresó mejor que yo, cuando puse el video en mi muro de Fb: «Me ha conmocionado, atroz, Dorix, atroz… el canto de la copla con los niños en el piso, mientras, afuera, las balas de un rifle automático terminan en el cráneo de algún señor». Vaya contrastes. Vaya combo de impotencia, incertidumbre, dolor y esperanza, tenemos.

Soy fan de la maestra, sobra decirlo.

Notas para pensar la violencia: Rossana Reguillo y Germán Rey en el Encuentro AMIC

Hace poco menos de un mes, se realizó en Pachuca el XXIII Encuentro Nacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, que este año se dedicó a la relación entre violencia, comunicación y vida cotidiana. Tres conferencias, tres paneles y diversas ponencias repartidas en los grupos de investigación, fueron dedicados justamente a pensar la violencia desde la comunicación; pero quiero centrarme en algunas notas de las dos conferencias clave, a mi parecer, en el encuentro: la de Rossana Reguillo y la de Germán Rey.

Rossana Reguillo, con la pasión que la caracteriza, señaló que hay un colapso en las formas interpretativas de la realidad y que no hay suficiente material para pensar las violencias, éstas, dijo, no se inauguraron con el crimen organizado, sino que son una dimensión constitutiva de lo social: la violencia estructural se manifiesta en la exclusión; la violencia histórica se concentra en la anomalía; la violencia disciplinante envía mensajes mediante ciertas categorías identitarias, como los jóvenes y las mujeres (y esto conlleva estrategias de desidentificación); la violencia difusa es la que disloca nuestra vida cotidiana, no sabemos de dónde viene (¿del narco?, ¿de la policía?, ¿de los militares?), puesto que hay un borramiento entre lo legal y lo ilegal. Justamente, la violencia difusa lleva al repliegue a lo privado y al vaciamiento de lo público.

Para pensar la violencia, Reguillo empleó la metáfora de la «sensación térmica» (que antes ya había explicado en su blog), es decir, el encuentro del cuerpo con las condiciones climáticas, para entender cómo es nuestro encuentro con la violencia.

Germán Rey, investigador colombiano, también habló de diversos aspectos de la violencia, en relación con la cultura y la comunicación. Hay elementos comunicativos de la violencia, como la carga simbólica, la tensión visibilidad-invisibilidad, el impacto en la creación de imaginarios sobre la violencia, así como sus narrativas y representaciones, e incluso la estética mafiosa y las contrasimulaciones en la estética urbana. Llamó mi atención que Germán Rey hablara de sí mismo como de un colombiano curado de espanto se espanta ante los rituales de muerte del narco en México.

Sin embargo, frente a la violencia, señaló, la comunicación tiene algo que decir y debe evitar el silenciamiento. De manera concreta, la investigación de comunicación puede aportar a la comprensión de la representación mediática de la violencia, el papel de los medios en el establecimiento de la agenda pública, la construcción social del miedo, la percepción de la violencia y el carácter simbólico de la misma. Para finalizar, dijo que el mundo se le escapó al periodismo, es necesario reinventarnos el mundo.

Baarìa

Tornatore volvió a hacerme llorar… o quizá Morricone… o más bien ambos y todo el equipo. Fui a ver Baarìa y encontré más de lo que esperaba: una película algo larga, llena de detalles, aunque a veces la sentí cortada (como que tanta historia no cabe en tan pocos minutos).
Cuando aparecen los créditos, la voz de Tornatore explica que un artista sólo puede hablar de aquello que conoce y Baarìa, dicen, tiene mucho de autobiográfico. Cuenta las vidas de tres generaciones de italianos -concretamente sicilianos- a través de la vida de los Torrenuova: Cicco, Peppino y Pietro, es decir, el abuelo, el padre y el nieto, idealistas los tres, cada uno para lo suyo.
La historia es dolorosa, con grandes cuestionamientos políticos tejidos entre escenas de la vida cotidiana. Tal vez ahí está la belleza, en lograr conectar la historia -de 1930 a 1980- con las biografías.

Vidas vividas… ¡feliz 2011!

Inventario general del mundo

Arthur Bispo do Rosario fue negro, pobre, marinero, boxeador y artista por cuenta de Dios.

Vivió en el manicomio de Río de Janeiro.

Allí, los siete ángeles azules le transmitieron la orden divina: Dios le mandó hacer un inventario general del mundo.

Monumental era la misión encomendada. Arthur trabajó noche y día, cada día, cada noche, hasta que en el invierno de 1989, cuando estaba en plena tarea, la muerte lo agarró de los pelos y se lo llevó.

El inventario del mundo, inconcluso, estaba hecho de chatarras,

vidrios rotos,

escobas calvas,

zapatillas caminadas,

botellas bebidas,

sábanas dormidas,

ruedas viajadas,

velas navegadas,

banderas vencidas,

cartas leídas,

palabras olvidadas y

aguas llovidas.

Arthur había trabajado con basura. Porque toda basura era vida vivida, y de la basura venía todo lo que en el mundo era o había sido. Nada de lo intacto merecía figurar. Lo intacto había muerto sin nacer. La vida sólo latía en lo que tenía cicatrices.

Eduardo Galeano, Espejos.

 

Cultura digital y vida cotidiana en Iberoamérica, nuevo número de Razón y Palabra

Ya está listo el número 73 de Razón y Palabra, el cual se ha dedicado a abordar desde distintas perspectivas la cultura visual y la vida cotidiana. Esta edición fue coordinada por Edgar Gómez Cruz y Tíscar Lara y en ella hemos colaborado

Juan Freire, Daniel Villar Onrubia, Fernando Garrido Ferradanes, Cristóbal Cobo Romaní, Rubén Díaz, Felipe G. Gil, Pedro Jiménez, Javier Gómez Murcia, Paloma G. Díaz, Héctor Fouce, Antonio Fumero, Daniel Martí, Roberto Balaguer Prestes, David Casacuberta, Antoni Gutiérrez-Rubí, Sergio M. Mahugo, Carolina Emilia Di Próspero y yo, Dorismilda Flores Márquez.