Tiempos de cambios

Hace unos días caí en la cuenta del mucho tiempo que ha pasado sin que yo escriba en este blog. Quizá fue porque han sido meses muy intensos, quizá porque los cambios han venido uno tras otro y me ha llevado tiempo asimilarlos. El cambio más grande fue uno de trabajo y de ciudad, dejé Aguascalientes y vine a León, dejé la Universidad Autónoma de Aguascalientes y vine a la Universidad De La Salle Bajío.

 

Hasta siempre, UAA

Me fui de la UAA después de 10 años de trabajo (15, si contamos los cinco años como estudiante de licenciatura). La UAA siempre será mi casa. La primera vez que estuve ahí era una niña de 10 años, participaba en las Jornadas Ecológicas Infantiles y nos llevaron a ver una película al auditorio Pedro de Alba. Regresé varias veces y, en el 99, comencé la Licenciatura en Comunicación Medios Masivos. En el 2002 presté mi servicio social como reportera de Radio Universidad (quizá debiera decir: de aquella Radio Universidad). Me gradué en 2004. Un año después, regresé como profesora semi-novata (antes ya había trabajado en el Tec de Monterrey). Después fui asistente de investigación (fueron años muy buenos, como ya conté por acá) y otra vez profesora de asignatura.

Aprendí mucho en la UAA, en todos los momentos y contextos, pero, de algún modo, siempre tuve claro que ése no iba a ser mi lugar para siempre: es como la casa familiar donde uno da los primeros pasos y añora toda la vida, pero de donde uno se va en algún momento. Precisamente porque nunca fue mi plan echar raíces, estudié la maestría y el doctorado fuera y busqué una plaza fuera también (tampoco es que hubiera muchas oportunidades dentro, pero aunque las hubiera me habría ido en busca de aventura).

La semana pasada regresé a la UAA por un día, con quien ahora es mi jefe y alumnos de mi nueva universidad. Me dio harto gusto ver a mis antiguos profesores, colegas, amigos, jefes, alumnos. Volví a sentirme en casa, como siempre. Y me quedó aún más claro que tomé una buena decisión.

 

Hola, Universidad De La Salle Bajío

En 2005 vine a la Universidad De La Salle Bajío, con Rubén Trejo y Alan Santacruz. Aquella vez competimos en Cortocinema, con Sueños de Agonía, un cortometraje que hicimos mientras éramos estudiantes de Comunicación en la UAA. Aquella vez no imaginé que 11 años después regresaría, pero ya no como visitante, sino como trabajadora.

Cuando terminé el doctorado, comencé a buscar convocatorias de plazas para profesores-investigadores y la Universidad De La Salle Bajío lanzó una en la que mi perfil encajaba. He de confesar que no fue el único lugar donde apliqué, quienes se han enfrentado a la búsqueda de trabajo en áreas académicas (o quizás en todas las áreas) saben que uno aplica en varios lugares, porque las oportunidades son pocas y muy competidas. Sin embargo, yo quería estar aquí, no sé si por la memoria de cuando venimos a Cortocinema, por lo que me contaron unos colegas (de otra universidad, por cierto) sobre lo mucho que estaba creciendo esta universidad y lo que crecerá en el futuro, por la línea de investigación o por lo que fuera, pero quería estar aquí. Fui muy feliz cuando recibí un resultado favorable. Fui más feliz cuando vine a una jornada de trabajo, antes de incorporarme oficialmente, y hasta nos tocó una visita improvisada por el museo universitario con el rector como guía. Fui todavía más feliz cuando descubrí que mi jefe me dejó un cartel en comodato: uno de The Lord of the Rings: The Two Towers, why not? (quienes me conocen, saben lo fan que soy de Tolkien y lo mucho que significa para mí LOTR).

No sé cuánto tiempo estaré por acá. De momento, mi contrato es por dos años, pero, sean los años que sean, espero hacer un buen trabajo y aportar algo a esta comunidad universitaria que ha sido tan generosa conmigo.

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