La incorporación del reloj y sus implicaciones en la vida social

Si bien no se trata de una tecnología de comunicación e información, la incorporación del reloj se ha vinculado a la transición del trabajo artesanal al trabajo en fábricas, donde surgió la necesidad de medir el tiempo y establecer jornadas laborales. Un asunto concreto para pensar es si comemos cuando tenemos hambre o cuando es hora de comer.

No puedo dejar de pensar en Metrópolis, de Fritz Lang.

Y en el «Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj» de Julio Cortázar.

En eso de pensar la tecnología…

Soy muy feliz con las materias que me tocó impartir este semestre: Metodología de la Investigación en Comunicación en la Licenciatura en Comunicación Organizacional y Cultura, Medios y TIC en la Maestría en Investigaciones Sociales y Humanísticas. Para ésta última, le he sugerido a mi único alumno que, además de las lecturas y las discusiones académicas, revisemos materiales mediáticos que nos permitan reflexionar sobre las implicaciones sociales y culturales de la tecnología. Qué mejor inicio que éste, 2001: Odisea en el espacio.

Toda ella es interesante, pero la parte clave, para mi gusto, es ésta.

Todos en el piso

No sabemos qué pasa afuera, sólo escuchamos los balazos. Quizás el video que está abajo es una metáfora perfecta de nuestra situación frente a la violencia, podemos no saber de dónde viene ni qué está pasado exactamente afuera, pero a falta de soluciones colectivas, buscamos formas individuales de enfrentarla o, al menos, de asumirla (a propósito de lo que señalaba en el post anterior).

Alan Santacruz lo expresó mejor que yo, cuando puse el video en mi muro de Fb: «Me ha conmocionado, atroz, Dorix, atroz… el canto de la copla con los niños en el piso, mientras, afuera, las balas de un rifle automático terminan en el cráneo de algún señor». Vaya contrastes. Vaya combo de impotencia, incertidumbre, dolor y esperanza, tenemos.

Soy fan de la maestra, sobra decirlo.

Notas para pensar la violencia: Rossana Reguillo y Germán Rey en el Encuentro AMIC

Hace poco menos de un mes, se realizó en Pachuca el XXIII Encuentro Nacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, que este año se dedicó a la relación entre violencia, comunicación y vida cotidiana. Tres conferencias, tres paneles y diversas ponencias repartidas en los grupos de investigación, fueron dedicados justamente a pensar la violencia desde la comunicación; pero quiero centrarme en algunas notas de las dos conferencias clave, a mi parecer, en el encuentro: la de Rossana Reguillo y la de Germán Rey.

Rossana Reguillo, con la pasión que la caracteriza, señaló que hay un colapso en las formas interpretativas de la realidad y que no hay suficiente material para pensar las violencias, éstas, dijo, no se inauguraron con el crimen organizado, sino que son una dimensión constitutiva de lo social: la violencia estructural se manifiesta en la exclusión; la violencia histórica se concentra en la anomalía; la violencia disciplinante envía mensajes mediante ciertas categorías identitarias, como los jóvenes y las mujeres (y esto conlleva estrategias de desidentificación); la violencia difusa es la que disloca nuestra vida cotidiana, no sabemos de dónde viene (¿del narco?, ¿de la policía?, ¿de los militares?), puesto que hay un borramiento entre lo legal y lo ilegal. Justamente, la violencia difusa lleva al repliegue a lo privado y al vaciamiento de lo público.

Para pensar la violencia, Reguillo empleó la metáfora de la «sensación térmica» (que antes ya había explicado en su blog), es decir, el encuentro del cuerpo con las condiciones climáticas, para entender cómo es nuestro encuentro con la violencia.

Germán Rey, investigador colombiano, también habló de diversos aspectos de la violencia, en relación con la cultura y la comunicación. Hay elementos comunicativos de la violencia, como la carga simbólica, la tensión visibilidad-invisibilidad, el impacto en la creación de imaginarios sobre la violencia, así como sus narrativas y representaciones, e incluso la estética mafiosa y las contrasimulaciones en la estética urbana. Llamó mi atención que Germán Rey hablara de sí mismo como de un colombiano curado de espanto se espanta ante los rituales de muerte del narco en México.

Sin embargo, frente a la violencia, señaló, la comunicación tiene algo que decir y debe evitar el silenciamiento. De manera concreta, la investigación de comunicación puede aportar a la comprensión de la representación mediática de la violencia, el papel de los medios en el establecimiento de la agenda pública, la construcción social del miedo, la percepción de la violencia y el carácter simbólico de la misma. Para finalizar, dijo que el mundo se le escapó al periodismo, es necesario reinventarnos el mundo.

Vidas vividas… ¡feliz 2011!

Inventario general del mundo

Arthur Bispo do Rosario fue negro, pobre, marinero, boxeador y artista por cuenta de Dios.

Vivió en el manicomio de Río de Janeiro.

Allí, los siete ángeles azules le transmitieron la orden divina: Dios le mandó hacer un inventario general del mundo.

Monumental era la misión encomendada. Arthur trabajó noche y día, cada día, cada noche, hasta que en el invierno de 1989, cuando estaba en plena tarea, la muerte lo agarró de los pelos y se lo llevó.

El inventario del mundo, inconcluso, estaba hecho de chatarras,

vidrios rotos,

escobas calvas,

zapatillas caminadas,

botellas bebidas,

sábanas dormidas,

ruedas viajadas,

velas navegadas,

banderas vencidas,

cartas leídas,

palabras olvidadas y

aguas llovidas.

Arthur había trabajado con basura. Porque toda basura era vida vivida, y de la basura venía todo lo que en el mundo era o había sido. Nada de lo intacto merecía figurar. Lo intacto había muerto sin nacer. La vida sólo latía en lo que tenía cicatrices.

Eduardo Galeano, Espejos.