WikiLeaks: la lógica reticular frente al poder

De mi columna en Razón y Palabra.

 

¿Cómo registrarán los historiadores, en el futuro, el caso WikiLeaks? Mis nietos, si alguna vez los tengo, ¿cómo verán el escándalo producido en 2010, tras la publicación de más de 250,000 documentos diplomáticos de Estados Unidos —gran parte de ellos confidenciales e incluso secretos—, el 28 de noviembre de 2010?

El día que estalló la bomba de WikiLeaks, se habló de dos grandes transformaciones que marcarían nuestra historia: una en el modo de llevar las relaciones diplomáticas; otra en el ejercicio del periodismo. En varios años, WikiLeaks ha revelado información por demás comprometedora, como el video del asesinato de civiles y periodistas en Irak, a manos de soldados estadounidenses[1]. La gotita que derramó el vaso fue el llamado cablegate, se intensificó el cerco tanto contra el sitio web como contra su fundador, el australiano Julian Assange, quien es buscado por la Interpol por supuestos cargos de violación y acoso sexual[2]. El 2 de diciembre el sitio web desapareció de la red, se presume que esto ocurrió tras las presiones ejercidas por el gobierno de Estados Unidos, el principal afectado. Alguien, incluso, señaló en Twitter: “WikiLeaks ha muerto”. Sin embargo, unas horas después, la ausencia de wikileaks.org multiplicaba su presencia en wikileaks.ch, wikileaks.nl, mirrorleaks.org, entre otros.

El caso WikiLeaks vuelve a poner en evidencia que la lógica de Internet no es lineal y simple, sino reticular y dinámica. Recientemente, el caso LimeWire cobró visibilidad, tras ser condenado por violación de derechos de autor; una orden judicial emitida en Estados Unidos llevó al cierre de este servicio P2P[3]. Sin embargo, horas después, un grupo de usuarios crearon una nueva versión llamada LimeWire Pirate Edition, con mejoras significativas[4].

Guardando toda proporción, el caso “Rata y Cursi”, en México, mostró algo parecido: en 2009, un usuario de YouTube subió a la red una parodia de la canción “Quiero que me quieras”, de la película Rudo y cursi[5], que hace acusaciones directas sobre malos manejos hechos por el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera. El Instituto Federal Electoral pidió a YouTube que retirara el video de la cuenta donde se publicó originalmente[6], pero en pocas horas, éste había sido replicado en otras muchas cuentas e incluso en otros espacios, fuera de YouTube[7].

Aunque los niveles de relevancia, e incluso de afectación, son distintos, lo que WikiLeaks, LimeWire y Rata y Cursi tienen en común son al menos dos asuntos: la publicación de información que instituciones poderosas —unas más poderosas que otras, obviamente— no desean que sea público y cuya difusión es considerada un delito; y la lógica reticular de Internet, que permite no sólo el trabajo colaborativo, sino también la resistencia mediante la replicación de los espacios censurados.

Entre muchos asuntos, el cablegate permite ver que la lógica de red rebasa las lógicas del poder político, acostumbrado a cerrar no sólo lo ilegal, también lo políticamente incorrecto. Asistimos ahora, en tiempo real, a un episodio de lo que ocurre con una potencia mundial, cuando algo se sale de control.

El activismo radical de Julian Assange —a quien se le ha calificado de profeta de la era de la transparencia involuntaria[8]— y sus colaboradores ha quedado registrado en la memoria. El tiempo nos dirá cuáles y de qué tamaño son las implicaciones de esta filtración de datos.

 

PostData. La pregunta que plantea Alberto Chimal en Las Historias no tiene desperdicio: “No somos Assange: no llamamos la atención, no hacemos circular información importante, no somos un peligro para nadie. Pero ¿y si no fuera así? ¿Qué pasaría si, a causa de un error, un capricho de alguien con poder o cualquier otra razón, una persona común se viera privada definitivamente de su parte virtual?”[9]


[1] Khatchadourian, R. (2010, junio 7). No secrets. Julian Assange’s mission for total transparency. The New Yorker. Recuperado el 30 de noviembre de 2010, de: http://www.newyorker.com/reporting/2010/06/07/100607fa_fact_khatchadourian?currentPage=all

[2] El Universal (2010, noviembre 30). Interpol va contra fundador de Wikileaks. Recuperado el 1 de diciembre de 2010, de: http://www.eluniversal.com.mx/notas/727071.html

[3] El País (2010, octubre 27). LimeWire cierra por orden judicial. Recuperado el 2 de noviembre de 2010, de: http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/LimeWire/cierra/orden/judicial/elpeputec/20101027elpeputec_2/Tes

[4] Notario, E. (2010, noviembre 9). LimeWire vuelve a la vida como LimeWire Pirate Edition. ALT1040. Recuperado el 9 de noviembre de 2010, de: http://alt1040.com/2010/11/limewire-vuelve-a-la-vida-como-limewire-pirate-edition

[6] El Universal (2009, mayo 14). YouTube, sin fecha para bajar el video de Fidel Herrera. Recuperado el 26 de mayo de 2009, de: http://www.eluniversal.com.mx/notas/597957.html

[7] Trejo Delarbre, R. (2009, mayo 15). Rudos y cursis: el IFE y YouTube. Sociedad y poder. Recuperado el 26 de mayo de 2009, de: http://sociedad.wordpress.com/2009/05/15/rudos-y-cursis-el-ife-y-youtube/

[8] Greenberg, A. (2010, noviembre 29). An interview with WikiLeaks’ Julian Assange. Forbes. Recuperado el 30 de noviembre de 2010, de http://blogs.forbes.com/andygreenberg/2010/11/29/an-interview-with-wikileaks-julian-assange/

[9] Chimal, A. (2010, diciembre 3). A salto de mata. Las Historias. Recuperado el 4 de diciembre de 2010, de: http://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/a-salto-de-mata/

 

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